Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
Carta del cordero al pastor
El carácter escrito de la correspondencia epistolar en los políticos permite, por una parte, el compromiso efectivo de las palabras "ajenas" a modo de manifiesto, y por otra lado, elevar al nivel de datos lo que solo son opiniones sin mediar la dialéctica por la inexistencia de el diálogo. El autor no se preocupa de la forma ni tampoco de la validez de sus afirmaciones, el objeto es mediar en el cambio de opinión de los lectores, o justificar la corrupción que se oculta a toda costa de manera indecorosa e hipócrita.
Algunos mandatarios han utilizado el canal de comunicación personal que significan las cartas a los ciudadanos, el famoso Raimundo Ulloa con sus amigos lo hacía como antecedente televisivo pero en el mundo real Zapatero, Margaret Thatcher, Sarkozy, Felipe González, Berlusconi, Susana Díaz, Nicolas Redondo o Bill Clinton, políticos españoles y mundiales la utilizaron como método de justificación interesado.
¿Quién de nosotros no ha tenido la tentación de contestar a nuestros políticos ignoradores y a sus cartas retóricas con un "te voy a montar un pollo" o algo así, hasta que se cae en la cuenta de que este pronto se volverá en nuestra contra en forma de demanda ante la falta de igualdad entre gobernante y gobernado?
Nadie percibe el peligro de las cartas secretas emitidas por la presidencia de gobierno, la tentación de mantener su posición mediante el pacto que le asegure la permanencia contra natura con la colaboración de los poseedores de los escaños malditos antiespañoles y de los delincuentes presentes y pasados. Esas misivas nunca se harán públicas, se trasciende con creces la cortapisa personal debido a que el bien común adecuadamente entendido siempre empieza en uno mismo, suponen la terapia de los efluvios entre purgados y depurados renacidos y blanqueados porque en un momento determinado son numéricamente necesarios y el líder los utiliza a la vez que es utilizado en un bucle eterno de sodomita sodomizado,
La política vive en el mundo de la percepción y la primera tarea que debe acometer el profesional de la gobernanza es configurar o destruir el entorno inadecuado, favorecer la narrativa que mejor le predisponga a la consecución del poder, recuperar el espacio que en cada coyuntura le reserve la antropología o las fuerzas sociales y suplantar la justicia por el aval de los votantes que presten sus votos para justificar los desmanes y delitos realizados mientras que se acusa a los jueces de Lawfare si las sentencias se apartan de los caprichos presidenciales o tienen el valor de inculpar a una esposa o a un hermano.
Por fortuna para los sorprendidos personajes que circundan en la antesala de la corrupción y para los inquietos presos del varapalo, nuestro presidente se sorprendería como le pasó a Pilatos tras lavarse las manos y favorecer al Sanedrín en contra de Jesús si recibiera una misiva desde nuestra parte a sabiendas de que la única razón posible es la suya:
"Querido presidente:
No sea corto de miras, cualquier día su partido perderá el poder y usted dejará de ser el primero y existe el peligro de que sea recordado como un gobernante corrupto. Si su conciencia no le pide la restitución o la realización de alguna obra filantrópica, yo si le solicito, desde la inocencia de mi rango y la pequeñez de mi posición, el pago de lo apartado con malas artes.
Le recuerdo que no ha sido lo suficientemente inteligente para camuflarse al realizar los gestos que le comprometen, ni ha tenido la precaución de evitar que se conozcan los favores recibidos en sus intercambios, y que su miedo a perder la amistad de los grupos que le han favorecido le ha obligado a transigir con situaciones indecorosas.
Es poco habitual que los gobernantes se enriquezcan de la forma tan obscena , como parece ha sucedido, y es por ello por lo que la Justicia se ha visto obligada a investigar, aunque a usted le escandalice, o puede ser que alguien no esté satisfecho con la parte recibida y le haya delatado. Si quiere llegar con holgura a la legislatura, exija a los suyos que disimulen mejor ya que entre las tropelías conocidas nadie ha señalado a los propios como corresponsables.
Le diré que no se le ocurra gobernar para llevarse un dinero que no necesita, con el sueldo y el prestigio de la nación es suficiente. No delinca por ninguna consideración, ni siquiera moral, no lo haga por pura inteligencia. ¡Es un desastre! No sólo por el riesgo a ser descubierto, sino por las consecuencias de todo tipo que tendría para usted. Todos descubrirán sus secretos: la prensa, sus adversarios políticos, y lo peor, los propios compañeros de partido y el famoso fuego cruzado.
Puede encontrar fórmulas más astutas e ingeniosas para hacerse rico de forma honrada, y si no las encuentra, tenga la seguridad que en el interior de su partido y entre sus amigos las hallará, y si no es así, dígamelo y le echo una mano.
Intuyo que corre el riesgo de pensar que ciertos enriquecimientos ajenos a su sueldo son normales y adecuados. Le prevengo contra tal situación, ya que reconozco la inclinación por su parte hacia su autoestima inexpugnable y el gusto por la opulencia y el poder de su carácter adolescente pero le repito que no vale la pena. Crea lo que le aconsejo, solo soy un pobre cordero de su famélico rebaño antes de transformarse en licántropo en la futura Luna Llena que finalmente está llegando a Europa...
Afectuosamente su gobernado
*Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...













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