Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
DRA. INÉS NUÑO DE LA ROSA GARCÍA
¿Puede la inteligencia artificial humanizar la medicina?

Acababa de empezar la mañana, pero ya había asistido a la reunión diaria del servicio, visitado a los pacientes ingresados y comenzado mi consulta, con varias personas esperando en la sala. Miguel, el siguiente paciente, venía a recoger el resultado de una biopsia que, lamentablemente, había salido positiva: tenía cáncer de próstata.
Durante los 20 minutos que duró la consulta, intenté ser lo más empática posible. Acompañarle en el duelo de asumir la noticia, ofrecerle información clara y científica pero comprensible para él y su acompañante, infundirle ánimos sin crear falsas expectativas. Todo esto mientras revisaba su historia clínica, miraba pruebas de imagen, solicitaba nuevos exámenes, completaba formularios, firmábamos consentimientos… Mi mirada oscilaba entre la pantalla del ordenador y el rostro del paciente. Necesitaba asegurarme de que todo estuviera correcto, pero él me necesitaba a mí, y el tiempo apremiaba. Afuera, otros pacientes esperaban, y seguían llegando.
El problema es evidente: una sobrecarga asistencial y burocrática que nos convierte en mecanógrafos de historias clínicas, alejándonos de aquello para lo que llevamos casi una vida preparándonos: ejercer la medicina. Las consecuencias son graves: agotamiento, deshumanización de la atención, disminución de la calidad asistencial y, lo más preocupante, pérdida del vínculo y la confianza entre médico y paciente.
Vivimos en una sociedad cada vez más demandante de salud, y eso es una excelente noticia: vivimos más y queremos vivir mejor. Pero, ante esta creciente demanda, necesitamos implementar estrategias que nos permitan recuperar lo más valioso: el tiempo. Tiempo para estudiar, planificar tratamientos, actualizarnos... pero sobre todo, para estar con nuestros pacientes, mirarles a los ojos y volver a hacer aquello que más nos gusta: ejercer la medicina.
¿Podría la tecnología devolvernos parte de lo que nos ha arrebatado? Creo firmemente que sí.
Por un lado, la automatización puede aliviarnos muchas tareas repetitivas: redacción de informes, soporte diagnóstico, gestión de citas, petición de pruebas, dictado por voz. Por otro lado, la inteligencia artificial nos permite, a través de herramientas como agentes virtuales o aplicaciones móviles, acompañar al paciente más allá de la consulta. Podemos extender los límites del centro de salud o el hospital, permitiendo que el paciente se empodere y tome las riendas de su salud y su enfermedad.
Es una oportunidad única para mejorar la información, ofrecer acompañamiento 24/7, democratizar el acceso a recursos saludables y brindar una atención continua que transforme el paradigma de la medicina. No podemos seguir reaccionando únicamente ante la enfermedad; debemos prevenirla, fomentar la salud y acompañar en el proceso de enfermar y sanar. En este sentido, la IA y la tecnología pueden ser nuestras grandes aliadas.
Un ejemplo concreto es MIO, la app que hemos creado junto a la diseñadora de aplicaciones Sara Jiménez, cuyo objetivo es ofrecer recursos para la mejora de hábitos, con información sobre nutrición, ejercicio físico y bienestar emocional para pacientes con cáncer de próstata. Ahora, gracias a herramientas de IA, queremos potenciar aún más ese acompañamiento: brindar información personalizada, planes ajustados y un asistente virtual que ayude al paciente a resolver sus dudas en cualquier momento del proceso.
Hoy, gracias a la tecnología, salvamos más vidas que nunca, pero también corremos el riesgo de alejarnos de nuestros pacientes. Recuperar tiempo para ejercer una medicina cercana y empoderar a quienes atendemos es la verdadera oportunidad que nos ofrece la inteligencia artificial. Aprovechémosla.
Eso sí, estas estrategias no son nada sin los profesionales que las diseñan e implementan. Una vez más, somos las médicas quienes, muchas veces en nuestro tiempo libre, nos devanamos los sesos buscando nuevas formas de mejorar la salud de nuestros pacientes.
Por eso, dignificar nuestras condiciones de trabajo no es un privilegio: es una necesidad social. Necesitamos tiempo para atender, tiempo para formarnos y tiempo para aprender a integrar estas herramientas tecnológicas que podrían transformar la asistencia sanitaria. Lo reclamamos cada día —no solo por nosotras, sino por nuestros pacientes— porque mejorar nuestras condiciones es mejorar la medicina. Y mejorar la medicina es, en última instancia, salvar vidas.
*Dra. Inés Nuño de la Rosa García. Uróloga Hospital Universitario De. Balmis Alicante. FEBU. Cofundadora @MIO App médica pacientes oncológicos












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