Las danas más intensas tendrán nombre como las borrascas

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ampliará a partir de ahora el sistema de nombramiento de borrascas con gran impacto a las danas (Depresiones Aisladas en Niveles Altos) que se prevea puedan provocar fenómenos meteorológicos adversos. El objetivo es mejorar la comunicación con la ciudadanía y los medios de comunicación, facilitar la respuesta de las administraciones y evitar que se asocien todas las danas con episodios catastróficos.

La AEMET participa desde 2017 en el programa europeo de nombramiento de borrascas impulsado por EUMETNET, la red de cooperación entre servicios meteorológicos europeos. Dentro del denominado Grupo Suroeste (SW Group) —integrado por Portugal, Francia, Bélgica, Luxemburgo y Andorra—, España forma parte de un sistema coordinado que busca una comunicación clara, coherente y eficaz de los riesgos meteorológicos.

Las danas son sistemas de bajas presiones en niveles medios y altos de la atmósfera que, combinados con otros factores, pueden originar lluvias torrenciales, tormentas intensas o nevadas de gran impacto. Sin embargo, no todas las danas provocan daños o situaciones extremas. Por eso, la designación con nombre propio se reservará exclusivamente para aquellas que activen avisos naranjas o rojos por fenómenos meteorológicos adversos.

Entre los objetivos de esta medida destacan:

• Mejorar la comprensión pública de los fenómenos meteorológicos severos.

• Reforzar la coherencia del mensaje oficial y la comunicación institucional.

• Favorecer la prevención y respuesta ante emergencias.

• Facilitar la elaboración de estudios posteriores sobre los episodios más relevantes.

El nuevo sistema seguirá el mismo procedimiento que el de las borrascas: los nombres se seleccionarán de una lista acordada de 21 nombres, alternando masculinos y femeninos. La primera dana o borrasca con gran impacto de esta nueva etapa llevará el nombre de Alice.

Con esta iniciativa, la AEMET y los países del suroeste europeo dan un paso más en la comunicación de riesgos meteorológicos, reforzando la claridad del mensaje y contribuyendo a una mejor preparación ciudadana frente a los fenómenos atmosféricos extremos.