La Policía en Alicante salva a un bebé al borde de la asfixia

Un dramático incidente en la zona norte de Alicante tuvo un desenlace feliz gracias a la rápida intervención de agentes de la Policía Nacional, quienes lograron salvar la vida de un bebé de seis meses que no podía respirar en su domicilio.

La alerta se recibió a través de la Sala 091, informando de que un lactante presentaba severas dificultades respiratorias. Al llegar al lugar, los agentes encontraron al bebé inmóvil, con los labios amoratados y sin mostrar signos de reacción. Actuando con rapidez, uno de los policías aplicó la maniobra de Heimlich infantil, volteando al pequeño sobre su antebrazo y dándole palmadas en la espalda. En cuestión de segundos, el bebé comenzó a respirar con normalidad, a llorar y a recuperar su color habitual.

Estabilidad y traslado al hospital

Mientras esperaban la llegada del SAMUR, los agentes continuaron estimulando al bebé para mantenerlo estable. Una vez que el equipo sanitario llegó al domicilio, realizaron una exploración inicial y detectaron que el pequeño tenía casi 39 grados de fiebre, gases y mucosidad que obstruían parcialmente sus vías respiratorias. Por precaución, el bebé fue trasladado junto a su madre al Hospital General de Alicante, donde permaneció en observación durante unas horas hasta que los médicos confirmaron que su vida no corría peligro.

La importancia de la formación en primeros auxilios

La actuación de los agentes pone de manifiesto la relevancia de la formación en primeros auxilios que reciben los miembros de la Policía Nacional. A lo largo de su carrera, los agentes participan en cursos especializados que incluyen reanimación cardiopulmonar (RCP), el uso de desfibriladores y maniobras como la de Heimlich, esenciales para responder de manera eficaz en situaciones críticas como la vivida en Alicante.

Cómo actuar ante un atragantamiento en bebés

La maniobra de Heimlich, adaptada para menores de un año, es fundamental para tratar obstrucciones en las vías aéreas superiores. Consiste en colocar al bebé boca abajo sobre el antebrazo, con la cabeza más baja que el pecho, sosteniéndola con la mano. Luego, se aplican hasta cinco palmadas firmes entre los omóplatos utilizando la palma de la otra mano. Este procedimiento puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones de emergencia.

Gracias a la coordinación, la formación y la rápida reacción de los agentes, este bebé pudo superar un momento crítico, recordándonos la importancia de estar preparados para actuar en caso de urgencias similares.