La opinión es como el ... "todo el mundo tiene uno"

La moderna clasificación de las leyes en justas e injustas según el contexto que las envuelve es una novedad clarividente de la izquierda que nos gobierna. Eximir de responsabilidades a los piquetes en su violenta actuación si pertenecen a sindicatos de clase y el gobierno es de derechas es una obligación incuestionable. Para nada parecido a  si el piquete no está sindicado en organizaciones progresistas y favorece la huelga en contra de un gobierno de izquierda, este hecho entonces se transforma en un acto de  terrorismo antidemocrático al que hay que perseguir y aplicar el epígrafe de otras leyes no derogadas para enchironar lo antes posible al peligroso y corrupto fascista.

Me parece estupendo que las leyes injustas no se cumplan, y también que los gobiernos que las legislaron no sean responsables en absoluto del daño y el dolor que provocaron su  aplicación y que sólo ellos por ser hijos de la polla roja estén exentos de su cumplimiento. El ciudadano es responsable subsidiario siempre, el dirigente nunca. Con estas alforjas también hago este viaje...

La palabra que renace con fuerza es discrecionalidad porque el político es el que decide independientemente de la regla como se interpreta la norma, es la autoridad última en estos menesteres y todo gira en su ombligo como el único agujero negro del Cosmos. En este contexto se entiende  a la perfección los bochornosos comunicados emitidos por los salvadores del pueblo tipo Sánchez,  ungidos por las urnas y lo que cuelga de ellas con los pactos satánicos precisos para la cogobernanza de un pueblo entumecido. 

Nuestro presidente es capaz de decir una cosa y su contraria durante el mismo discurso sin vergüenza, sin mostrar rubicundez facial y manteniendo la voz engolada de falso intelectual.  La realidad de  que Sánchez haya incurrido de forma habitual en mentiras y falsedades, muchas de ellas punibles desde un punto de vista penal, no lo obvia ni la inexistencia de los Comités de Expertos fantasmales  que corroboran cualquier parida que salga por su boca. 

Hemos aprendido con retraso que las leyes no son iguales para todos, se aconsejaba el confinamiento mientras que en sedes gubernamentales se celebraban fiestas y se consumía alcohol, ¿quizás algún polvo también?, seguro que sí porque el amor une y la guerra desune...que se lo digan a Boris Johnson o al Dr. Fernando Simón acudiendo a hacer surf en Portugal o Pablo Iglesias contagiado sin mascarilla en el consejo de ministros...tantas y tantas cosas hemos compartido...y olvidado también...

Si no somos iguales quiere decir que hay ciudadanos de primera, de segunda, tercera...quinta...y que formamos una elevada pirámide donde a la base se le aplica todo tipo de normas , reglas y leyes, se les exige responsabilidad y contribución económica obligatoria para  que  una élite en la cúspide que no es responsable de nada, incumplidora de sus propias leyes, exigente con nosotros nos dirija con gesto indolente  y si  nos atrevemos a disentir nos cataloga de fascistas, nos aplica un hermético cordón sanitario mientras que la mayoría de la población aborregada, como antaño los esclavos sostiene que todo lo que su líder hace es sencillamente por su bien.

En fin, Serafín...