Viernes, 19 de Septiembre de 2025

Actualizada Jueves, 18 de Septiembre de 2025 a las 22:29:50 horas

RAFAEL SIMÓN GALLARDO
RAFAEL SIMÓN GALLARDO Jueves, 28 de Octubre de 2021

La extraña transición…

La cólera inunda la vida y anula el raciocinio pero a la vez, si hay guerra, iguala a los hombres con los dioses o al menos, eso pensaba Homero al contarnos la historia de violencia y sangre teñida de poesía en la conocida y poco leída Ilíada que sin pretenderlo se adelantó muchos siglos al actual periodismo superándose en naturalidad, ecuanimidad y sobre todo en arte y estilo. 

[Img #20388]

 

Se repite en plan papagayo que la historia la escriben los vencedores, puede ser que este aforismo sea cierto casi siempre pero tiene excepciones y una de ellas fue la guerra civil española. La epopeya exagerada y deformada de los perdedores antifascistas ha superado con creces la tenue literatura franquista que murió de aburrimiento y por falta de disidentes que con valor se enfrentaran al sistema. Entre unos y otros, activos y vagos, mentirosos y amnésicos hemos redactado el nuevo código hegemónico de la cultura democrática actual que tergiversa la verdad de los hechos históricos con un buenismo insultante, una simplificación torticera y una causa olvidada  para separar la España que tanta sangre costó unir. 

 

A partir de la transición, se aprovechó el justo proceso de rehabilitación histórica de los vencidos como ariete para mediante falsedades orquestadas por  pícaros chaqueteros, olvidar las infamias cometidas bajo la causa republicana que nada tenían que ver con la democracia y si con los pecados capitales y la simple imposición de la dictadura del proletariado bajo la órbita de Stalin, dato que nunca se menta. Todo el antifranquismo no fue igual, uno fue justo y otro criminal. Sin embargo lo que se dice en la memoria histórica son otras cosas plagadas de ficción. Los estados hegemónicos, favorecen siempre las exageraciones y el misticismo junto a extraños silencios incuestionables y la política actual no es una excepción para conseguir imponer el relato que le favorece. 

 

Lo que cuento, no es difícil de entender hoy si se consigue hacer predominar la razón sobre los prejuicios y se recuerda con simpleza lo leído en este tiempo sobre el tema, se respeta lo que los ojos ven a pesar de la propaganda arrojadiza y se controla el miedo a que nuestro nombre termine glosando la interminable lista negra que se ha empezado a escribir sin aparente vergüenza por parte de nuestros dirigentes. 

No hay que tomar parte por nadie; vencedores, vencidos, izquierda, derecha...sino con la soledad simple de la verdad contenida y no ser nunca solidario con ningún asesino, milite donde milite. 

 

El 10 de Noviembre de 2019 hubo un cambio de inflexión en España. El Parlamento se polarizó, los Socialistas se coaligaron con los Comunistas provocando el crecimiento de una Derecha hasta entonces inexistente, se exhumó a la momia y a las dos españas que dormían inocentes y olvidadas de sus errores para proclamar al aire el sectarismo más procaz y peligroso y tropezar con la misma piedra por segunda vez. 

 

Parece que los españoles solo aprendemos las lecciones con sangre y no estaría de más que por una vez lo hiciéramos  solo con el estudio y la inteligencia  como sorpresivamente sucedió en la inesperada transición. Parece que Caín naciera siempre en España, el escorpión picara a la rana aunque ésta  le ayude a salvar al río. La sensación de que estamos abocados a repetir las horas más oscuras que padecimos aunque los abuelos nos adviertan del peligro, que  veneramos ideologías antiguas, caducas  y asesinas como salvadoras y nuevas para arrastrarnos al pasado perdiendo el presente y el futuro me persigue y preocupa. 

 

Las soluciones son pocas y solo al alcance de visionarios, el éxito es castigar a los políticos impresentables que acrecientan los rescoldos del odio incapaces de atisbar en el horizonte la paz, el progreso y la esperanza que todo español necesita aunque no esté escrito en la Constitución pero sí en el sentido común que nunca hemos sabido manifestar salvo durante la extraña transición que desafortunadamente terminó ya hace más de cuarenta años. 

 

*Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...

Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.184

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.