MARIPOSAS, NARANJAS Y GALOS

Si una mariposa revolotea en Murcia con mucha fuerza, seguidamente en Madrid se cae el gobierno. Acaba de pasar aunque no me crean. De la misma manera, si salieran  los millones de mariposas que se esperan esta primavera a la vez e invadieran Murcia como en la película de Hitchcock, además de pánico panocho con algo más de suerte, la Moncloa se disolvería como una pastilla efervescente. Es la única forma de mejorar el futuro incierto e impedir el temor a que el cielo caiga sobre nuestras cabezas como le pasa también a Abraracúrcix, jefe de la aldea de Astérix el galo. 

En esta temporada tenemos graves problemas con el partido Cítrico, es un problema de  naranjas. Saben que nadie quiere comprar las valencianas, se están echando a perder en los árboles mientras que las  marroquíes son baratas y no cumplen con los estrictos cánones de calidad europeas y endulzan igual llegando a nuestra mesa y  paladar que son  poco elitistas. Lo hacen con alevosía porque desde lejos no hay diferencia entre una y otra.

Los del partido  Cítrico creen que pasa lo mismo que con las naranjas. Las naranjas parecen todas iguales pero son diferentes según de donde vengan.  Los partidos parecen muchos iguales pero son distintos según las cosas que hagan. De esta forma Ciudadanos parecía centrado, decente y de derechas pero ha terminado siendo como las naranjas marroquíes.  

Unos dirán que Ciudadanos son coherentes (quizá solo ellos), otros no reconocerán que están en caída libre (quizá solo ellos) y que para evitar el despeño diarreico último se han visto obligados a cambiar. En la Nueva Normalidad Sanchiana  los de Arrimadas se comportan como los socialistas aunque renieguen con la boca pequeña y si se les aprietan por los tallos se convierten en comunistas revenidos,  y si se les exprimen las semillas interiores acaban apoyando al separatismo contra el que nacieron no hará tanto tiempo. 

Antes de regalar el gobierno murciano al PSOE con la excusa del prurito extremo que padecen por  el caso Vacunas-Gate hubiera sido mejor romper el pacto y salir de ese gobierno tan desagradable o tomarse un potente antihistamínico y una eficaz loción de Aloe-Vera que montar el Cristo del Anticristo, además han olvidado  que no está el horno para bollos ni la pandemia para gilipolleces. 

La verdad es que llevan semanas hablando con  Moncloa y que Arrimadas se arrimó a Sánchez, valga la repugnante redundancia con el fin último de mantenerse en el candelero y evitar el exitus letalis de su defenestración. Que cara se les habrá quedado a sus electores, que mal rollo, menos mal que todos vamos con mascarillas y salvo que se tengan ojos expresivos no se notan las emociones al ir amordazados...

Por otro lado en las últimas declaraciones  Arrimadas insiste en que solo hay problemas en  Murcia, que los  pactos en el resto de  autonomías compartidas son seguros, que nadie  más se ha vacunado de estrangis ni son corruptos y por tanto no entiende y está  molesta con la actitud de Ayuso que con traición y alevosía y con lo que está cayendo en España, en un acto de insolidaridad extremo ha puesto las gónadas encima de la mesa deshaciendo el gobierno madrileño del que Arrimadas siempre estuvo  tan orgullosa.

Mientras todo esto pasa,  Pablo Casado sigue pelando su particular naranja personal y comunitaria intentando hacerlo de una vez y sin que se le quiebre la piel. 

Un imposible como bien saben ustedes, 

*Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...