Expresión de libertad y libertad de expresión

Ríos de personas enfurecidas e irascibles con las caras tapadas en signo inequívoco de gran valor ocupan las calles de muchas ciudades. Hacen barricadas, gritan, cantan y amenazan. Obtienen adoquines fragmentando el duro asfalto que luego lanzan contra las fuerzas del orden que protegidas con armaduras negras, casi medievales, sortean las agresiones como pueden. 

La chusma quema contenedores, abrasa con fuego real coches patrullas con policías adentro mientras les  impide la salida a  certeras pedradas  y desea furibunda la muerte de los agentes. Entonces llegan las cargas, las porras, los pelotazos que arrancan ojos mal protegidos y en las carreras de huida se traspasan escaparates y se  invade la propiedad privada de obreros y empresarios que nunca se quejan, todo lo toleran por ser tan democráticos, bastante progres y sobre todo obedientes y dogmáticos. 

No se si alguien les ha preguntado por qué lo hacen, no se quien les ha convencido. Se que piensan que la libertad de expresión no existe y por eso tienen la libertad de expresar su enfado con violencia. Se dice también que los responsables políticos se dedican a apoyar a estos  jóvenes olvidando a  policías y gente anónima que pierde sus propiedades y sufren daños y heridas ante el  flagrante delito de omisión gubernamental.

No importa si esto sucede porque solo afecta a los ricos y estos son siempre fascistas y los fascistas merecen morir a manos de los  libertarios, es más no deberían existir y son la causa de los malditos males que nos subyugan. Las fuerzas de orden público no  son más que el ejército del sistema capitalista como único obstáculo a vencer para el cambio real  que está por llegar. Esto es lo que seguro piensan y lo que otros antes les susurraron al oído.

Por tanto es iluso pensar que estos actos son espontáneos, o son el lícito ejercicio de la libertad de expresión. Estas manifestaciones son ilegales, no han sido autorizadas, han nacido del vientre común de las redes sociales y de las gónadas de partidos que las prohíben a la vez que las incitan en actitud esquizofrénica incoherente, gobernantes  votados por millones de ciudadanos que con ellos son responsables del desastre.

Cuando de manera torticera se intenta esconder la evidente relación entre los medios de comunicación y el poder que se expresa  en el silencio cómplice de editoriales, politólogos y periodistas acomodados y obesos por las ganancias  aderezado por la influencia de las plataformas tecnológicas que modulan los contenidos  mediantes filtros, aplicaciones y fronteras entre lo bueno y malo, indicado o malintencionado que la sociedad puede consumir pero no disentir. 

Cuando por las cañerías del estado transita mierda, no se puede pretender que la vida real huela a flores, es una posibilidad  imposible. Cuando se idolatra  a la bestia, cuando el individuo muere dentro de la gente y se anula ante las reglas del corazón masificado y solo obedece a la mente del colectivo dominante no se puede pedir tolerancia y el cataclismo está servido. 

*Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...