Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
Violencia de género en tiempos de crisis
Estamos viviendo una situación que jamás nadie pensaría que se haría realidad. Sería una situación ideal para el guión de una película, pero como se suele decir cuando algo es sorprendente, la realidad siempre supera a la ficción.
He asistido a multitud de cursos, jornadas, me he formado en igualdad y en violencia de género, pero nunca se ha planteado qué pasaría si a la fuerza, por orden del Gobierno, debes permanecer encerrada en casa con tu agresor. La información básica la conocemos todas o casi todas las mujeres. Por ejemplo, “llama al 016” pero ¿cómo llamas? ¿en qué momento de las 24 horas del día tienes un hueco, un instante en el que te quedas sola para llamar?.
Organismos nacionales e internacionales están alertando de que en épocas de crisis y de pandemia, el enfoque de género es uno de los olvidados y en esta crisis que nos azota, la sanitaria, y la que se nos viene encima, la económica, la violencia de género ya sufre graves efectos, un retroceso que se suma al registrado en el ODS 5 de Igualdad de Género de la Agenda 2030 debido al auge de los fundamentalismos y los discursos de odio.
Cada día vemos las desigualdades que está creando la covid-19 en la sociedad. Este aumento de las desigualdades se multiplica en los colectivos más vulnerables, personas con diversidad funcional, población gitana, población rural, tercera edad, LGTBIQ, inmigrantes, refugiadas, familias en situación de pobreza, víctima de trata y mujeres en situación de prostitución.
Está comprobado, mediante investigaciones, que la vulnerabilidad de las mujeres en las crisis se ve agravada por la falta de acceso a las redes sociales habituales y a las fuentes de apoyo social, así como a los servicios de salud. La redirección de los recursos públicos hacia la prestación de servicios de emergencia sanitaria, manifiestan la fragilidad social de las mujeres y niñas en todo el mundo, que se encuentran desamparadas y muestran las desigualdades y debilidades de los diferentes sistemas socioeconómicos y de servicios sociales.
Esa exposición a la violencia aumenta a medida que los perpetradores pueden arremeter contra ellas debido a la tensión económica que causa una pandemia y disminuyen las posibilidades de la víctima para abandonar o resistirse a las relaciones abusivas.
En el pasado año, casi una de cada cinco mujeres de todo el mundo fue víctima de la violencia y ahora mismo muchas de esas mujeres están atrapadas en casa con sus maltratadores, intentando por todos los medios obtener servicios que sufren recortes y restricciones (https://www.un.org/es/coronavirus/women-rise-for-all).
La independencia económica me parece fundamental para que una mujer no tenga que estar con su maltratador o en una situación o convivencia que no desea, aunque conozco casos que, aun teniendo esta independencia, sin apoyo no se consigue salir del círculo. Esta crisis ha mostrado al mundo el valor de las profesiones ejercidas mayoritariamente por mujeres, sanitarias, cuidadoras y de servicios básicos.
Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), las mujeres son mayoritarias en los puestos de primera línea de combate de la epidemia. Ellas representan el 51% del personal médico, el 84% de enfermería, el 72% en farmacia, el 82% en psicología y un 85% del personal que trabaja en las residencias de mayores y personas dependientes donde se han dado las peores cifras de fallecimientos. También somos mayoritarias en otros servicios esenciales como son el comercio y la alimentación, la limpieza de hospitales y representan la práctica totalidad de las empleadas del hogar de los ciudadanos.
Al principio de la alerta sanitaria la ONU realizó un llamamiento mundial para actuar frente al repunte de la violencia de género en situaciones de aislamiento. En nuestro país, los datos recogidos a nivel estatal desde el pasado 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma y las medidas de confinamiento, "reflejan un aumento de las peticiones de ayuda" por este tipo de violencias.
Medidas para paliar el problema
Los Gobiernos deben incorporar nuevas medidas de género para tener una rápida respuesta en la situación de alarma estatal. Creo que con el acceso a la tecnología que tenemos todos hoy en día, ésta sería una manera discreta y fácil para asegurar que las mujeres reciben los servicios esenciales cuando más los necesitan.
Además de la educación y formación para nuestras niñas, formación y educación mirando al futuro, las profesiones actuales lideradas por mujeres no son suficientes. La educación en STEM, ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas son prioritarias para el futuro.
¿Qué hacer frente a la violencia de género durante la pandemia de la COVID-19?
- Llama y denuncia: al teléfono 016 de atención a víctimas de violencia de género. Es totalmente seguro porque no deja rastro en la factura. Si no eres tú la víctima, pero sabes de alguna mujer que lo esté siendo, también es importante que llames y denuncies. Parar la violencia de género es cosa de todos y todas.
- Protégete: busca un sitio seguro en casa donde no pueda agredirte, donde puedas estar a salvo tú y tus hijos e hijas, si es el caso.
- Busca ayuda: además de las redes oficiales de apoyo, busca redes comunitarias. Si puedes, busca algún momento seguro en el que puedas contarle a alguien lo que te está ocurriendo. Los mecanismos de ayuda se activarán para ayudarte.
- Salva tu vida: Si necesitas ser trasladada a una casa de acogida, no tengas miedo. Toma la decisión de salir, de huir de la violencia y salva tu vida y las de quienes más quieres.













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