JUICIO EN ALICANTE
Niegan que apuñalaran a dos malienses en Benidorm
Los dos hombres de nacionalidad colombiana, padre e hijo, procesados por el apuñalamiento de dos malienses tras una disputa por un intercambio económico en 2015 en Benidorm han negado ser autores de los delitos de asesinato consumado y asesinato en grado de tentativa que se les atribuye.
Así ha sido en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Alicante, donde los dos acusados, Mauricio Jesús C. M. (el padre) y Mauricio C. L. (el hijo), se han limitado a negar el relato de los hechos expuesto por la fiscalía en su escrito de acusación.
Su propio abogado ha sostenido que, en realidad, ellos se limitaron a actuar en legítima defensa frente a la amenaza que suponían los dos agredidos y un tercer hombre, de nacionalidad guineana, con quien Mauricio C.L. había concertado la venta de dos televisores.
El juicio, que se celebra por el procedimiento del tribunal del jurado, se dirime entre cuatro acusados ya que los dos procesados por asesinato también acusan, a su vez, a dos de esos hombres con los que se negoció esa supuesta transacción, Drissa S. y Mamadou D.
En su escrito de acusación, les considera responsables de los delitos de estafa, robo con violencia y lesiones.
Tras una larga selección de los nueve componentes del jurado, en el juicio se han expuesto esas dos versiones contradictorias sobre los hechos que se registraron en el domicilio de Benidorm en el que residían Mauricio Jesús y Mauricio.
La fiscalía y la acusación particular, ejercida por la defensa de Drissa S., han detallado que el 26 de noviembre de 2015 los dos ciudadanos malienses y su compañero guineano se desplazaron desde Barcelona hasta Benidorm con el fin de completar la supuesta compra de dos televisores que habían concertado con Mauricio hijo, tras haber leído el anuncio de su venta por internet.
Esa compra se había pactado, supuestamente, por un precio de 500 euros. No obstante, la Fiscalía sostiene que, según los investigadores de la Guardia Civil, el objeto de la transacción pudo haber sido en realidad la compra de sustancias estupefacientes, ya que los cuatro acusados tienen antecedentes por tráfico de drogas.
Según el relato de la acusación pública y de la particular, el hecho clave es que no hubo acuerdo en el precio de la operación (fuesen televisores o estupefacientes) y que Mauricio Jesús y Mauricio pusieron en marcha el plan que habían preconcebido antes de concertar su cita.
A partir de esta versión de las acusaciones, Mauricio Jesús, el padre, salió de la habitación en la que permanecía escondido armado con un cuchillo de 35 centímetros al recibir el aviso de su hijo sobre el fracaso de la venta.
Y con ese arma blanca apuñaló a dos de los tres hombres en el pasillo que debían cruzar para llegar hasta la puerta y poder huir. En concreto, hirió a Ibrahima S., que falleció después, y a Drissa S., que pudo salvar la vida tras recibir atención médica inmediata.
Después, según el relato de las dos acusaciones, padre e hijo acordaron que Mauricio (el hijo) saltase desde el balcón de su vivienda para simular que había sido él quien se había visto forzado a escapar ante el intento de agresión de los malienses y el guineano y, además, ayudaron al conserje del edificio a limpiar las manchas de sangre de los heridos, hasta que llegó la Policía y practicó su detención.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular pide para padre e hijo 20 años por el asesinato consumado y otros 12 por el intentado, además de una indemnización de entre 10.400 y 12.132 euros por las heridas sufridas por Drissa.
El juicio proseguirá al menos hasta este jueves con las declaraciones de los acusados y de los testigos.
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