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ENRIQUE VILA
ENRIQUE VILA Viernes, 08 de Febrero de 2019 1

21 puntos Black Jack

Particularmente el sentimiento patrio me decanta por la siete y media; más simple, recio y cruel que el Black Jack. Como otras muchas cosas que este país ha regalado al mundo, su cuna es más cercana de lo que parece. Dice la Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Blackjack), y si está en internet es verdad verdadera, que su origen es la veintiuna, cuyos primeros vestigios escritos se encuentran en D. Miguel (De Cervantes), concretamente en “Rinconete y Cortadillo”. Dos tramposos pícaros que malvivían en las calles de Sevilla a base de trucos y engaños a principios del siglo XVII (17 para logseros).

 

Prefiero la siete y media desde que D. Pedro (no se alarmen, me refiero a Muñoz Seca), la describió así de bien:

 

…..Y un juego vil

Que no hay que jugarlo a ciegas

pues juegas cien veces, mil

y de las mil ves febril

que o te pasas o no llegas.

Y el no llegar da dolor

pues indica que mal tasas

y eres del otro deudor,

Más ¡Ay de ti si te pasas!

¡Si te pasas es peor!

 

No creo que nadie haya escrito ni escriba nada similar del Black Jack. No se presta. Pero reconozco que los recovecos y reglas del juego tienen su aquel, y entretiene que es su misión. Partidas individuales, jugador contra banca. Contrincantes que parten de dos naipes iniciales con el fin de sumar veintiuno o aproximarse lo máximo, sin excederlo. Piden más o se plantan cuando consideran que su punto puede ser mayor que el de banca o que la siguiente carta superará el límite. La banca cuenta con la ventaja de naipe tapado hasta el final de ronda que provoca cálculos de probabilidad y no pocas salidas de madre por miedo u osadía. A grandes rasgos y con matices se aventura la jugada del otro, sus probabilidades frente a las propias y se apuesta a ello.

 

El caso es que esto de los veintiún puntos me viene sonando (1). Todo lo demás también. Dos jugadores de henchido ego seguidores de su propio “Manual de Resistencia” aferrados con uñas y dientes a la mesa. La apuesta, su supervivencia política, la continuidad en salón de banquetes de Asgard, su Valhala, donde son colmados de lujos y prebendas a los que no están dispuestos a renunciar. No por las buenas. Por desgracia no juegan sólo sobre su futuro; apuestan el de otros. Poco riesgo igual a jugada arriesgada, incluso temeraria con patrimonio (moral también) ajeno que ni les pertenece, ni jamás les ha pertenecido y nunca lo hará. Pero eso les importa tanto como a Red Butler el futuro de Escarlata O´Hara, un bledo.

 

La banca en manos del guapo, el figurín, el dudoso literato y más dudoso doctor en ciencias económicas. La mano para el polichinela títere cuyas cuerdas terminan en Waterloo. Y comienza la partida. Curiosa mano en la que el nervio y la tensión se mascan en el expectante público y no en los jugadores. Esta peli ya la he visto, Paul Newman (Eddi Felton) contra el Jackie Gleason (El gordo de Minnesota) (2); Steve McQueen vs Edward G. Robinson con Karl Malden de mediador (perdón sólo relator) (3). Con diferencias sustanciales, aquellos eran estrellas de primera línea en partidas de ficción; los de aquí, insensatos ególatras, garrapatas políticas, aferradas al lomo del respetable, bien alimentadas de sangre y sudor ajenos en una partida de graves consecuencias reales.

 

Un cuatro y un dos para la mano, no es una gran jugada (no se puede gobernar contra Cataluña + no aplicación del famoso 155 CE). Destapado un seis y carta oculta para la banca, tampoco es la bomba. La mano pide; un cinco (nulidad del juicio de Companys) suman once y la cosa se complica. Más cartas. Ruega en silencio a la Moreneta una figura que le haga ganar pero el destino le saca un tres del mazo (mediador-relator internacional) suman catorce y hay que pararse a pensar porque se acerca la debacle. ¡Qué cullons, hem vingut a jugar i això farem! (4). De la baraja, a cámara lenta, se desliza una carta boca abajo y antes de que el crupier la descubra fundido en negro y partida inacabada con incierto final.

 

Decepción del público. Hartazón de mamandurrias y golfantes. Aburrido, cansado, de que se rían de él y además se lo digan a la cara. Confiado en un poder cedido al Estado que le proteja y ampare guardado en el sótano de quién sabe qué ministerio. Preocupado por su futuro, orgulloso de su pasado y avergonzado de su presente. Decepcionado por las instituciones y quienes las dirigen únicamente pendientes de acaparar prebendas y patrimonio. No importa el color, no importa la ideología ni la tendencia. Saciado de circo y ansioso de pan. Solidario pero no imbécil, tolerante hasta el límite pero tajante cuando se le tocan los quiñones. Como dijera D. Pedro (el bueno) “para asaltar torreones, cuatro quiñones son pocos, hacen falta más quiñones” que sobran entre los hombres y mujeres esta mala madre, nuestra patria, a quien no se puede dejar de querer.

 

Y por terminar con aquel – el bueno –, nadie definió mejor el sentimiento hacia esta España que nos toca transitar:

 

Escúchela y contémplela;

vila, señora y oila;

pero cuanto más mírela

y cuanto más escúchela

menos, señora, entendila.

 

Telón (de momento)

 

Enrique Vila (y oila)

 

(1) 1. No se puede gobernar contra Cataluña., 2. Hay que reconocer y hacer efectivo el derecho de autodeterminación del pueblo de Cataluña., 3. Es necesaria una mediación internacional que tiene que facilitar una negociación en igualdad. 4. La soberanía de las instituciones catalanas tiene que ser respetada y no amenazarla con la aplicación del artículo 155. 5. Se tienen que investigar los abusos policiales y económicos ejercidos contra el pueblo de Cataluña. 6. La vía judicial tiene que quedar atrás. 7. Hay que impulsar un compromiso por la ética política. 8. Se tiene que garantizar la separación de poderes. 9. Es imprescindible poner fin a la limitación de derechos fundamentales. 10. El retroceso de la calidad democrática de España se tiene que revertir. 11. Hay que frenar el deterioro de la imagen de España en el mundo. 12. Se tiene que poner fin a la complicidad de cuerpos policiales y aparato judicial con la ultraderecha. 13. Hay que garantizar la independencia judicial. 14. Es necesario asegurar el respeto a los Derechos Humanos. 15. La sombra y la influencia de la cultura franquista pervive y es incompatible con la plenitud democrática de España. 16. La indolencia con el fascismo, la impunidad con las actitudes fascistas tiene relación directa con la impunidad de los crímenes del franquismo. 17. Se tienen que aislar y denunciar los grupos neofascistas. 18. Es incompatible con la democracia la existencia de privilegios derivados del franquismo. 19. Hay que emprender un proceso explícito de desfranquización y de un debate sobre la monarquía. 20. La nulidad de los juicios franquistas es un paso imprescindible de memoria histórica. 21. Se tiene que hacer efectiva una política de fosas comunes.

(2) El Buscavidas. Robert Rossen 1961

(3) El Rey del Juego.- Norman Jewison 1995.

(4) Con los debidos respetos creo que voy a pedir otra.

Comentarios (1)
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  • RAFAEL Simon

    RAFAEL Simon | Sábado, 09 de Febrero de 2019 a las 10:04:40 horas

    Compañero columnista , sencillamente divertido y sorprendente, lástima por la veracidad de lo que relatas. Enhorabuena . Rafa Simón

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