Cultura apoya los Moros y Cristianos como bien inmaterial

En dicho informe se hace un repaso de los datos históricos en que se basa la celebración y las noticias sobre los primeros documentos históricos que la prueban, que se remontan a primeros del siglo XVI. 

Sin embargo, no fue hasta mediados del XVIII cuando las fiestas ya se reconocen con los elementos propios que han llegado a la actualidad. 

El informe continúa con la anotación de las principales características patrimoniales, muebles e inmuebles, de la fiesta, sus personajes, las prácticas y las funciones, y acaba con una valoración motivada de 13 puntos que culmina con una conclusión única, en que se informa de manera favorable la declaración de BIC Inmaterial. 

El Consell Valencià de Cultura subraya el valor histórico de la fiesta, unido a la "tradición legendaria" de la intervención milagrosa de Sant Jordi, así como el enriquecimiento cultural agregado a la fiesta en forma de música, teatro o gastronomía.

Se hace mención, asimismo, al hecho de que la celebración se ha independizado de los diferentes poderes civiles y religiosos, en "aras de una participación mayoritariamente ciudadana, fomentando la cohesión social de los habitantes de Alcoy sin distinciones económicas, religiosas, políticas, culturales o sociales".

Igualmente, las fiestas han contribuido a la conservación de oficios tradicionales y exclusivos y también han contribuido a superar diferentes acontecimientos y problemas acaecidos durante siglos, como crisis del tejido industrial o conflictos bélicos y sociales.

Por otra parte, se hace referencia a la participación ciudadana en las fiestas, dado que la memoria de la Associació de Sant Jordi recogía 11.652 asociados en 2017, que representa alrededor del 20 % de una población de poco más de 59.000 habitantes.

Este informe se suma a los que se presentaron y aprobaron en el pleno de diciembre sobre varios actos de esta misma fiesta en Ontinyent, en noviembre sobre el Cabildo de Sax, y en octubre sobre la Fira de Cocentaina.