La Palmera Imperial de Elche es candidata a Árbol Europeo

Con una antigüedad de unos 180 años, la Palmera Imperial de Elche forma parte de una lista de diez ejemplares del país, entre los que están el Pino Araucano del Casteo de Soutomaior (Pontevedra), el Pino del Roble de Peñascosa (Albacete), el Pino Lairicio de La Yesa (Valencia), el Pinsapo de Grazalema (Cádiz) y el Algarrobo de Foia Brell (Alfàs del Pi, Alicante).

También se encuentran el Pino de la Virgen (La Palma), el Almendro Real (Badajoz), el Olivo milenario "La Farga del Arión" (Tarragona) y el Olmo de Navajas (Castellón).

El ejemplar ilicitano seleccionado como candidato al citado certamen es considerado uno de los símbolos más representativos de la ciudad de Elche.

También se trata de uno de los principales motivos de la popularidad del Huerto del Cura y representa un emblema del Palmeral ilicitano, el más grande de Europa y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.

Igualmente, forma parte de la historia local y de la memoria del municipio.

Así, se menciona en el himno de Elche y en varias canciones populares. Incluso, el poeta oriolano Miguel Hernández le dedicó unas estrofas en uno de sus poemas.

Supone un ejemplar atípico de Phoenix Dactylifera, que ha desarrollado una rareza genética, con el nacimiento de siete brazos en la mitad del tronco, lo que le confiere una forma original y distinta al resto de palmeras, estilizadas, de un único tronco, con las que convive.

Su nombre se debe a la emperatriz Elisabeth de Austria 'Sissi', que en 1894 llegó al municipio de Elche buscando las granadas que había probado en Alicante y que le habían encantado.

Allí, en la localidad ilicitana, visitó la palmera y el capellán Castaño le puso su nombre como homenaje.

Recuerdo de esta visita es también el busto de la emperatriz situado en la cara este de la Palmera Imperial.