Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
El arte de lo político

Oigan ustedes, hoy voy a hablar sobre El Arte de lo Político, lo hago después de ver en la tele la serie "The Crown" y recordar la preferida del Sr. Iglesias; "House of cards", donde claramente se explica cómo actúan los políticos y los nuestros, por ser españoles, no son harina de otro costal.
El arte de lo Político, nunca se nos ha explicado, porque el hecho de conocerlo, nos transformaría en ciudadanos no manipulables, libres pensadores y esto, claro está, no interesa a la clase dirigente, que nos consideran fundamentalmente Idiotas y Menores de edad, y pienso que realmente lo somos, porque terminamos entrando en su juego.
Los políticos, planifican su actuación hacia nosotros, los ciudadanos, utilizando los siguientes principios: La ideología, el pragmatismo, el uso del método y la disciplina de sus partidarios junto con el uso del engaño constante. Casi todos los políticos conocen estos principios, porque los que no los conocen, los que no los han podido aplicar o lo hicieron mal, no llegaron nunca a la pirámide del poder y fueron eliminados por otros, los que aplicaron correctamente estas técnicas.
No es lo mismo un político que empieza su andadura hacia el poder, que otro que vive y se estaciona en el mismo. En este viaje, el político se degrada y se profesionaliza perdiendo todo lazo con la realidad y con la sociedad.
Los ilusos, los coherentes, los honestos y los dignos, no llegan nunca a la cima, por eso, el que llega a lo alto del poder, utilizó seguro malas artes, utilizó el arte de los políticos para triunfar. Este hecho es transversal, no se salva nadie, ni siquiera la Iglesia que por ser una organización de hombres y no de Dios, es también política.
La dicotomía de que la derecha es mala y la izquierda buena y viceversa es sencillamente una estupidez maniquea y pueril que tiene por objeto separarnos en bloques y enfrentarnos.
La persona que ansía el poder, sea de izquierdas o derechas y que finalmente lo consigue, no es una buena persona, porque las buenas personas, no son capaces de hacer y soportar lo que un político se ve obligado a tolerar para llegar al poder, téngalo por seguro, los buenos, han sido víctimas de estos otros y en la escalada hacia el poder, solo puede quedar uno.
El político, es el trilero de las circunstancias y del lenguaje. Según cambie las primeras, él cambiará sus estrategias, pero nunca su fin último que no varia; el poder y su propia subsistencia. El lenguaje, la dialéctica, es el vehículo para el engaño, la propaganda y publicidad, precisas en el mundo de las apariencias y no de las realidades que como magos, saben crear para nosotros.
El político, debe conocerse a sí mismo y sobre todo, debe conocer a su enemigo. Este conocimiento de su oponente se basa en investigar sus defectos, sus debilidades, sus secretos inconfesables, sus errores, tanto en el terreno político como en el privado, que si existen, casualmente, se harán públicos más antes que después, por los voceros periodistas convenientemente preparados.
Ganará el que sepa cómo manejar tanto las fuerzas de su mismo partido como a los ciudadanos y enemigos. Ganará el que sepa convencer y tenga la capacidad de adoctrinar, de contar cuentos increíbles, que todos queremos oír, basados en verdades a trozos y mentiras a retales.
El político inteligente, es el que no solo gana, sino que destaca por ganar con facilidad. Gana sus batallas gracias a no cometer errores. No cometer errores es lo que establece la certeza de la victoria, ya que significa conquistar a un enemigo que ya está derrotado. De esta forma, el estratega victorioso solo actúa después de haber alcanzado la victoria, mientras que el que está destinado a perder primero lucha y luego busca la victoria.
El control de nuestra fuerza como pueblo, como ciudadanos, se obtiene al dividirnos en grupos, este es el logro de lo político, clasificarnos, encorsetarnos y confundirnos para manejarnos sin respeto y enfrentarnos por ideología, género, raza, religión, fútbol, profesiones, autonomías, ciudades, profesiones, nivel económico y obligarnos así a tomar parte, pero no la nuestra, la de ellos. Para ellos somos un grupo moldeable a sus antojos, no nos respetan, nos utilizan.
Un político no debe nunca cometer los siguientes errores; ser imprudente temerario. Ser precipitado y proclive a la provocación de otros. Dejar de parecer Honesto, no digo dejar de serlo.
Por tanto, queridos conciudadanos, cuando estéis con nuestros gobernantes, recordad que para ellos somos idiotas, recordad que mienten y recordad que para conseguir sus objetivos utilizarán todo, ocultadles vuestros defectos y frustraciones y sobre todo vuestros secretos, recordad que no son buenos y por último, sabed que ellos nos necesitan a nosotros, porque nosotros somos los que pagamos sus facturas.
Después de esto, volved a mirarles a los ojos, no aguantarán la mirada.
* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...














Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.115