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PILAR G. JÁUREGUI Viernes, 02 de Marzo de 2018 8

Imagina que estamos en Cataluña

¿Es Alicante la última frontera?

 

Imaginemos que estamos en Cataluña. En la primavera de 2017. El Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat difunde las respuestas de su último barómetro. Los resultados parecen no dejar dudas: una amplia mayoría de los encuestados afirma no tener entre sus «principales problemas» nada que tenga que ver con el proceso secesionista impulsado por PdCat, ERC y la CUP. Lo que más preocupa al 53 por ciento son cuestiones sociales como el paro, la sanidad, la educación y la vivienda. Solo un 16 por ciento se muestra preocupado por la relación Cataluña-España. Y, únicamente, un pírrico 0,6 por ciento se manifiesta interesado en la crisis de identidad catalana.

 

Demos un salto en el tiempo. Tan solo seis meses más tarde, el 1-O, se celebra el referéndum ilegal. Una semana después, Sociedad Civil Catalana convoca una manifestación que colapsa las calles de Barcelona con banderas españolas y catalanas. Mas de un millón de personas se concentran por la convivencia y la unidad. Nadie puede negar que es una manifestación con un claro contenido identitario y con un menor contenido social. Ni siquiera se aprovecha la ocasión para curar heridas recientes. Ni una sola pancarta recuerda a las víctimas del atentado en las Ramblas del agosto pasado. El horror ahora se olvida con rapidez. En esta manifestación, no obstante, el ambiente es de euforia contenida mientras los manifestantes lanzan vivas a España y Cataluña, a Europa y al Rey.

 

¿Qué pasó con la encuesta del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat? ¿Por qué no reflejó la preocupación de los catalanes por la unidad de España? ¿Mintieron los encuestados? No lo parece. Simplemente, no creyeron que sus gobernantes incumplieran la ley y pusieran en marcha un referéndum ilegal y sin garantías. Podían bromear sobre ello, pero eran incapaces de imaginar una transgresión al Estado de Derecho de ese calibre. Ni creer en un farol como el que admite Arthur Mas ahora: "En el mundo de la política hay un componente simbólico y estético. Muchas veces se exagera un argumento para intentar quedar lo mejor posicionado ¿Esto es un engaño o una exageración? Puede llegar a ser un engaño".

 

Llegados a este punto, la cuestión es: ¿Sirven las encuestas para anticipar realidades? ¿Puede uno tener opinión válida sobre lo que no conoce, o se le oculta deliberadamente? Una sociedad democrática, en una región desarrollada como Cataluña, la gente acostumbra a tomar decisiones cualificadas en base a 2 premisas: que sus gobernantes y medios de comunicación les proporcionen información veraz y que cumplan con la Constitución. Pero, la Generalitat mintió a sus conciudadanos, TV3 engañó a sus televidentes y la prensa catalana les siguió el juego. "No se irán las empresas", clamaban. "El referéndum es legal", "No hay división en Cataluña"... y los ciudadanos basaron su valoración en estos falsos supuestos, en una realidad fabricada que la manifestación multitudinaria de Sociedad Civil Catalana desenmascaró. Hoy, los promotores de la Declaración Unilateral de Independencia afirman que todo fue una farsa para lograr un nuevo estatus para Cataluña semejante al sistema foral del País Vasco y Navarra que tanta desigualdad e insolidaridad promueve con el resto de comunidades.

 

En la Comunidad Valenciana, empieza a suceder algo parecido. Hay quienes hacen trampas en lo relativo a los idiomas en la escuela porque quieren imitar a sus vecinos del norte (los programas de inmersión solo existen en Cataluña y en Groenlandia). Como alumnos aplicados, los dirigentes nacionalistas comienzan a abusar del viejo truco de las medias verdades en un intento por reducir a la mínima expresión el castellano en las escuelas. De esta manera, se logra que un buen número de valencianos desconozcan que se les está enredando y engatusando. No se puede ser trilingüe, como se promete desde las instituciones educativas de la Generalitat valenciana, cuando únicamente se garantiza un certificado elemental A1 en inglés al finalizar la ESO. En rigor, solo podemos hablar de trilinguismo en el caso de estudiantes que superaran el nivel B2 en los tres idiomas (el avanzado es el C1 en el Marco Europeo de las Lenguas). Es evidente que no hay ningún interés en que se explique bien a las familias que con solo un 25 % de horas de castellano no se puede alcanzar un nivel de dominio académico en esta lengua como se trata de imponer desde Valencia. Teniendo en cuenta que este idioma es mayoritario en la provincia ¿está llamada Alicante a ser la ultima frontera del nacionalismo catalán?

 

La mentira institucional es dañina e impropia de comunidades desarrolladas. Se ha de ser muy consciente de ello y hacer un esfuerzo para lograr que la gente pueda formarse una opinión basada en pruebas objetivas, en el contraste de pareceres, y no en la propaganda de lo que sus dirigentes no quieren que se sepa. Ese es el reto de una sociedad civil madura y fuerte: exigir garantías para que los ciudadanos reciban una información basada en hechos, no en constructos de una realidad inventada (Hobswaum) enemiga de la concordia y de la convivencia. De lo contrario, no valen encuestas. No valen sesudos razonamientos edificados sobre la base del engaño y la estafa. Todo ello conduce a salir volando en globo, para posteriormente aterrizar en seco, como hizo el separatismo en tierras catalanas al comprobar como sus principales empresas migraban a Madrid.

 

Solo espero que los ciudadanos en Alicante sepamos aprovechar con acierto el ejemplo inigualable que nos brinda lo sucedido a nuestros vecinos del norte. De lo contrario, habremos de aprender a interpretar los barómetros más por lo que ocultan que por lo que muestran.

 

* Pilar G. Jáuregui es Socióloga y Consultora de Formación de Empresas

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Comentarios (8)
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  • Pedro

    Pedro | Sábado, 03 de Marzo de 2018 a las 02:54:24 horas

    Excelente análisis. Espero que la gente en la Comunidad Valenciana se conciencie de lo que está haciendo el Gobierno autonómico de Joaquín Puig, y entre todos, podamos ponerle freno.

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  • Ascen

    Ascen | Viernes, 02 de Marzo de 2018 a las 20:01:27 horas

    Estupendo análisis de la realidad que estamos viviendo.

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  • Genoveva

    Genoveva | Viernes, 02 de Marzo de 2018 a las 11:46:57 horas

    Brillante análisis de la situación que estamos padeciendo ya en la Comunidad Valenciana. El actual Consell nos aboca inexorablente a la creación de un problema lingüístico, que nunca ha sido importante entre nosotros. Se están dedicando muchos recursos a aspectos que sólo interesan a Partidos independentistas y se detraen de los recursos que deberían aplicarse a Sanidad y a Bienestar Social.

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  • Toni

    Toni | Viernes, 02 de Marzo de 2018 a las 11:13:49 horas

    Las lenguas tienen dos enemigos, los que las prohíben y los que las imponen, ya no es el señor Marza únicamente ni Compromis sino todo el gobierno valenciano PSOE y Podemos entran en la categoría de los que imponen, yo promulgaré el derecho a decidir en qué lengua quieren recibir su educación los ciudadanos, que todos puedan ser atendidos en su lengua materna, en las instituciones públicas, cuando van al médico, y por supuesto decidir en qué idioma se educa a sus hijos.

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  • Antonio

    Antonio | Viernes, 02 de Marzo de 2018 a las 11:07:31 horas

    El nivel de deseo independentista en Cataluña no se habría dado sin la exclusión del castellano en la enseñanza y el adoctrinamiento en los libros de Historia. En la Comunidad Valenciana y en Baleares se está copiando el mismo modelo. Quieren que su capital no se Madrid sino Barcelona.

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