Hombres sin rumbo, arrobas y marxismo cultural

Oigan ustedes, hoy quiero romper una lanza por un género desacreditado, insultado, que vive desorientado, sin rumbo y con vergüenza a expresarse con naturalidad, me refiero al género masculino, al mío por ahora, si no decido cambiarlo en un futuro. Con esto, no pretendo criticar a las féminas, el grupo de moda por excelencia,  emergentes, superguais y sobre todo, políticamente correctas.

En primer lugar, quiero decir que me opongo totalmente a la manipulación del lenguaje que estamos sufriendo, me opongo a la feminización obligatoria de todos los términos, incluidos los neutros, al incumplimiento metódico de las reglas gramaticales con fines ideológicos evidentes. Podría parecer, que esta nueva forma de hablar es inocua, pero no es así. Es peligrosa y por eso estoy en contra.

Estos cambios se hacen con un objetivo claro y yo quiero tener la libertad de seguir expresándome en un castellano formalmente correcto y además no entrar en este juego de idiotas para normalizar borregos.

Me molesta tanto la inclusión sistemática de lo masculino-femenino al final de cada término llevada al absurdo que soportamos actualmente en aras de un respeto a la mujer, solo en las formas e inexistente en el fondo.

Sépanlo bien, no pienso hablar nunca de esa forma, aunque me arriesgue a que me insulten, me miren mal, piensen que soy machista o un cavernícola en extinción.

Como persona de género masculino, como hombre, término proscrito y peyorativo, quiero poder decir lo que  soy sin vergüenza, con mis atributos masculinos que he recibido por la herencia genética común. Yo no tengo culpa de tener un cromosoma "Y", no voy a pedir perdón por eso, quiero revindicar mi carácter más brusco, competitivo,  mi distribución pilosa, mi arquitectura, mi calvicie, mis gustos y atracciones sexuales que desde niño me transfirió mi "X sin una patita". Estoy seguro que por todo lo de antes, no acabaré transformado en un violador incontrolado, estén tranquilos y tranquilas sin que sirva de precedente. 

Quiero poder decir claramente a los que hablan de esta forma y a los que lo promueven desde una aparente oscuridad, a todos estos arrobos y arrobas "@", que esta forma de expresión, me parece una parida, una tremenda memez y que además, me doy cuenta de lo que se pretende, algunos no somos idiotas y el tiroides nos sigue funcionando bien. Todo esto nace de un cambio de estrategia del marxismo. La lucha de clases fue un fracaso histórico.  Bueno, ahora lo que se pretende es la "lucha de género" junto a muchas otras; "de razas, religión, comportamientos sexuales" y un largo etc de un Universo Victimista interesado. Es una nueva batalla del marxismo ideológico y cultural donde los hombres son culpables de todo y no solo eso, cada uno de los hombres es culpable por el mero hecho de serlo, sin derecho a juicio, da igual cómo nos comportemos. Esta situación ha elevado el feminismo a ser una religión totalitaria sin autocrítica y protegido de cualquier opinión opuesta.

Hay leyes que solo favorecen a mujeres, las normas de paridad son por definición injustas, cuando uno delinque debe tener presunción de inocencia, hay que demostrar el delito con pruebas, para todas las personas sin importar el género, cada puesto de trabajo, debe ser ocupado por los mejor preparados. Actualmente, el 90% de los médicos que terminan son mujeres. ¿Se aplicará aquí también la paridad? ¿50% de las plazas para hombres?

Toda esta situación, transluce una estrategia ideológica marxista, La guerra de género, es la expresión más del marxismo cultural, se filtra eficazmente desde nuestros cimientos, es una forma de separar, de violentar, de controlar en suma, de nueva revolución.

Los marxistas actuales, aseguran que el "marxismo cultural" no existe, piden no usar esta expresión porque les delata y también les ofende, se atreven a prohibirla cuando gobiernan, redactan leyes que penalizan a quien no habla con sus nuevas reglas, dicen de nosotros que padecemos una "paranoia conspirativa" al mentarlo, que ellos hacen "ciencia de verdad" y sobre todo son "justos y sociales", pero a mí, me encanta este término, me parece tan veraz, descriptivo, eficaz como peligroso y temerario, entiendo que lo intenten proteger negando la mayor. Sean listos y cuando valoren las situaciones pregúntense. ¿Qué es lo que verdaderamente se pretende? ¿Qué se consigue con ello? ¿A quién favorece? Atrévanse a contestarse y luego me lo cuentan.

* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...