Votad, votad, malditos

Oigan ustedes, cuando desde niños se le dice a la sociedad que no es preciso respetar las leyes, que lo que se decide y se vota sin garantía ninguna y de forma asamblearia es democrático y es el mejor medio para conseguir nuestros objetivos, nuestros deseos y sueños, pueden pasar cosas como la que les pasó a mi primo Romualdo y  familia, conquenses todos ellos y residentes en Barcelona desde hace muchos años ya, les transcribo el WhatsApp que recibí...

"Hoy celebramos una votación en la cocina de casa para decidir la abolición del artículo 155 y la libertad de los presos políticos catalanes. Mi familia es profundamente demócrata y nuestro derecho a decidir no nos lo retira ni dios, ni español que se interponga ni ningún juez avezado. Tras el recuento de votos con el pertinente control realizado por "Carles", nuestro perro, se ha decidido que sí, como no podía ser de otra manera. Después, en el autobús hemos propiciado una votación exprés entre los viajeros para que el transporte sea gratuito y con felicidad lo hemos conseguido, no pagamos ninguno.

Al llagar al centro, tras una votación rápida en la farmacia en compañía de un anciano sordo que no se enteraba de nada, nos hemos viso obligados a firmar su papeleta, se ha procedido a incautar los medicamentos necesarios, el derecho a la curación es primordial y el pago es un abuso del capitalismo.

Más tarde en el parque, paseando a "Carles", se ha hecho caca y no llevábamos bolsitas, una municipal nos ha intentado poner una multa y nos ha recriminado la falta de control de nuestro can. Inmediatamente la hemos repudiado por fascista y opresora recordándole que el ayuntamiento es tripartito y libertario y esos comportamientos son más propios de la oprobiosa Guardia Civil que de un municipal catalán. En asamblea urgente se le ha degradado tras juicio popular sumarísimo con las palomas como jurado.

Hemos ido al banco para devolver la factura de la luz porque  en casa, tras discutirlo y votarlo, por supuesto, se decidió que la electricidad es un derecho vital e irrenunciable y seguir financiando a empresas capitalistas es inmoral y además muy caro. En el banco nos han aconsejado que no lo hiciéramos pero tras la amenaza de que íbamos a votar sobre la banca y su deuda han procedido a ejecutar nuestra orden y punto.

Como veis, el día ha sido muy completito. Llegamos a casa muy cansados y henchidos de democracia popular. Que sorpresa más grande al ver que la cerradura de nuestra puerta la habían cambiado. Tras aporrear con vehemencia nos abre nuestro vecino Jordi ejerciendo de okupa. Nos explica que tras votación de la comunidad de vecinos, han decidido expulsarnos por fachas y charnegos, no sé cómo se han enterado que somos de Cuenca a pesar de nuestro perfecto catalán. Tras una comisión urgente familiar en la puta calle, se ha decidido que estas cosas solo pueden pasar en España, que si fuéramos independientes tendríamos nuestra casa asegurada. La noche era fría, procedimos a la incautación de tres bancos del parque y nos dispusimos a dormir. De madrugada nos han agredido con agua los fachas de la limpieza, ha debido ser por orden de la policía nacional, han huido tras oír nuestros gritos de protesta en manifestación urgente sin autorización por supuesto.

Posdata; Tengo que llamar a mi padre que sigue en Cuenca a ver si puede hacer algo con lo de mi casa. Es abogado y la ley es la ley y nuestra casa es nuestra".

* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...