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JUAN ANTONIO LÓPEZ LUQUE Domingo, 19 de Marzo de 2017

10 formas de conducir al rebaño

Qué difícil es encontrar un medio de comunicación que no represente a un grupo u otro de poder. No citaré nombres, no sea que todo el mundo en el país me dé la razón (no sé si me explico). Me imagino que todos lo sabemos: tener información veraz e imparcial está complicado cuando el medio de comunicación sirve a los intereses de alguien al que le importa un carajo la veracidad y la imparcialidad si no van a sacar nada de ellas. Reunión de pastores…

 

Todos nos olemos que nos la meten doblada una y otra vez pero es difícil pillarles porque son profesionales, oiga. Lo tienen todo bien aprendido. Si será así que hay gente mucho más lista que usted y yo que se ha dedicado a diseccionar la manera en la que los poderosos nos intentan (y consiguen) engatusar, llevar al huerto o mentir a través de los medios. Uno de ellos es un tío que tiene un nombre bien raro porque se llama Noam, Noam Chomsky. El tal Noam Chomsky es un filósofo, lingüista, matemático, analista, crítico social, historiador, científico cognitivo y activista político, o sea que algo sabrá, digo yo.

 

Está claro que cuando hay una dictadura, al poder le importa un bledo lo que piense la peña. Pero cuando hay una, ¿cómo se llama…? ¡Ah, sí, democracia!, pues entonces lo que necesitan los poderosos es hacerte pensar como ellos. Este Chomsky, hace 30 años, se puso a observar en los medios los discursos de los políticos (que son la mano visible del poder) y se dio cuenta de que había 10 estrategias que usan para hacernos tragar. Y da escalofríos darse cuenta de que el tío Chomsky tiene más razón que un santo. Y si no veámoslo con ejemplos:

 

1. La estrategia de la distracción. Está claro: mantenernos distraídos y ocupados con nimiedades para evitar que pensemos en lo realmente importante; ¿cómo? Pues inundándonos con noticias sobre lo que sea: la Champions, el juicio a no sé quién, los problemas de tal partido, la emigración en no sé dónde. Y mientras, por ejemplo, te están cambiando la ley, por lo bajini. Ya te la han metido.

 

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. No importa que las estadísticas digan que el 90% de los mexicanos ilegales en USA han llegado por avión con un visado de turista y luego simplemente no se han ido. “¡Se nos están colando los malos por la frontera!” (problema creado), “pero no os preocupéis ¡porque YO voy a construir un muro!” (solución al problema). “¡Los terroristas nos atacan y nos matan al personal!” (300.000 muertos por arma de fuego, 2 por terrorismo; da igual: problema creado), “pero vamos a impedir la entrada a todos los malos” (solución al problema). Vale, Trump es que lo pone a huevo pero los ejemplos están por todas partes (sean las armas de destrucción masiva o la ley mordaza).

 

3. La estrategia de la gradualidad. Metérnosla poquito a poco, que de golpe canta mucho. Y un día te despiertas, comparas cómo estaba la cosa hace 20 años y te das cuenta de que, por ejemplo, te han privatizado todo, te han bajado los sueldos y las prestaciones, han puesto el despido libre, te han subido los impuestos, se han cargado la imparcialidad en la TV pública mientras tú veías la Champions y Eurovisión. Imagínense si hicieran todo eso de golpe: la revolución.

 

4. La estrategia de diferir. Básicamente avisarnos con tiempo. Presentar una medida como “dolorosa y necesaria”. Nosotros no queremos pero las circunstancias, quizá, nos obligarán a hacerlo. Y es que es más fácil aceptar un sacrificio futuro que uno de repente porque inconscientemente pensamos que ya verás como no, hombre, al final se arregla. Y si no se arregla pues ya llevas una temporadita pensando en ello y como que te parece inevitable. Ya te la han metido.

 

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. Lo más triste es que funciona, utilizando recursos y publicidad dirigidos a las partes “infantiles” de nuestro cerebro adoptando la posición de nosotros, que sabemos cómo funciona el sistema… . Tomarnos por gilipollas, vamos.

 

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Aquí no vende la razón y el cerebro sino los hígados y el estómago. El nacionalismo excluyente, el miedo al extranjero, al diferente, el racismo, el machismo, son todos conceptos que se sienten pero no se piensan porque si los piensas de verdad son una estupidez que no se sostiene.

 

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Importante: debe haber una gran masa trabajadora e ignorante. Un rebaño. La gente que piensa no se deja engatusar tan fácilmente así que hay que bajar la calidad de la educación de la plebe y aumentar la de la élite. ¿Les suena?

 

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. O sea, hacer creer al personal que ser inculto está bien, que saber mucho es de pedantes; que pronunciar bien un idioma es para darle en la cara con la mano abierta. Que ver documentales de la 2 es de gente que se cree superior. Que está bien ser mediocre, oiga. (Iba a poner una cadena de televisión como ejemplo pero no estaría bien, así que voy a contar hasta 5, por ejemplo, para que se me pase).

 

9. Reforzar la auto culpabilidad. Esto se puede resumir en una tristemente famosa frase: Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. O incluso peor, ese pensamiento de muchos de que “tenemos lo que nos merecemos”. Mal vamos si creemos eso.

 

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. ¿Y esto como coño lo consiguen? Hasta hace poco se valían de la psicología y la sociología para saber cómo éramos pero es que ahora se lo ponemos en bandeja. Cada clic en internet, cada página, cada anuncio, cada foto que vemos, nos retrata. Es simple estadística: a la gente le gustan los gatos luego utilicemos una imagen de un gato. Cambia gato por cuerpo cachas, coche, zapato, paisaje y vualá: ya te tienen.

 

No digo yo que no haya más formas de manipularnos que las que dice el tío Chomsky pero estas las ha clavado. Y solo hay, en mi opinión, una solución a esto: la educación. En casa y en el cole. Da exactamente igual si mi hijo con 5 años se sabe los planetas del sistema solar o reconoce las marcas de los coches; no importa si puede multiplicar por 6 con ocho años. Lo que me parece importante es que sepan pensar por sí mismos. Que el día de mañana lean un periódico, vean las noticias y, por lo menos, duden. Que se planteen si por ahí hay alguna de las estrategias que decía el bueno de Noam Chomsky y se la están metiendo doblada.

 

*Ilustración: Juan Antonio López Luque

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