Del Sábado, 04 de Octubre de 2025 al Jueves, 30 de Octubre de 2025
Carta de un patriota a sus compatriotas (o viceversa)

A mí me encanta España: sus paisajes variados, las palmeras de mi Alicante, las arenas de las playas, las costas accidentadas y los precipicios; las islas paradisíacas y volcánicas, los montes escarpados, llenos de barrancos y veredas; los desiertos yermos y silenciosos; las llanuras interminables, cultivadas desde tiempos remotos; los prados verdes y los bosques umbríos y húmedos, las cumbres nevadas; los cielos azules e interminables del sur; los grises y plomizos, bellos hasta decir basta en el norte; los pueblos antiguos de piedra, los innumerables castillos y fortalezas; los monumentos que quitan la respiración, la Alhambra, las majestuosas catedrales góticas y las pequeñas y aisladas iglesias románicas; las ciudades llenas de historia, Mérida, Santiago, Toledo, Sevilla y mil más. Me encanta. El arte, la gastronomía, las fiestas (algunas), las tradiciones (algunas) también.
Y sin embargo no puedo sentirme orgulloso de ser español, así, a secas. No es que no quiera, es que no puedo. No lo consigo, mire usted.
Nunca he podido sentirme orgulloso de ser español porque no sé lo que es eso. Me puedo sentir orgulloso de las cosas que he conseguido en la vida o de las que otros españoles han conseguido. Haber aprendido a tocar la guitarra o a hablar inglés me hacen sentirme orgulloso. Tener un hijo que dibuja bien me llena de orgullo (y satisfacción). Tener una familia llena de gente buena y amigos maravillosos me llena de orgullo. Que 40.000 personas recauden dinero para ayudar a los que menos tienen me llena de orgullo. Super estrellas del deporte millonarias que no pagan impuestos en España no me merecen orgullo. También me enorgullece lo que hicieron Velázquez, Cervantes, Ramón y Cajal o Vicente Ferrer. Como también Averroes, Charles Darwin, Platón o Leonardo da Vinci. O Blas de Lezo y Francesc Ferrer i Guardia. O Manolo García y Morrissey. Algunos no eran españoles.
Vamos, que lo que me produce orgullo son las personas, no las naciones ni las banderas; las banderas son símbolos, lo sé, pero, al fin y al cabo, son trapos que nacieron para la guerra y que se cambian cada cierto tiempo (y lo dice uno que la besó y juró defenderla con su sangre, cuidado). Será por mi poco sentimiento de “pertenencia al grupo”: ni equipo deportivo, ni partido político ni asociación alguna. O porque soy un puto ermitaño, que también. Pero ¿qué se puede esperar de un tío al que no le gusta el jamón? No soy muy nacionalista yo. Decía Charles DeGaulle que el patriotismo es cuando el amor por tu pueblo es lo primero; nacionalismo, cuando el odio a los demás pueblos es lo primero. O algo así. Para mí, ninguna de las dos cosas es lo primero.
¿Tenemos los españoles complejo frente a otros países? ¿Hemos caído en el pozo en el que los historiadores anglosajones y productores de Hollywood nos han metido durante siglos? ¿Han sido esos 36 años de dictadura y propaganda los que nos han hecho mirar al concepto de España y sus personajes históricos como algo casposo y malo? ¿O precisamente toda esa propaganda de pandereta nos ha hecho ver las cosas desde un punto de vista más neutro, más real?
Yo, que he trabajado con gente de los USA, he visto las diferencias entre esas dos visiones del patriotismo, la banderita dichosa, el himno y demás. Una cosa no es mejor que otra, son diferentes concepciones de la vida, fabricadas por diferentes culturas a lo largo del tiempo. Y a veces las dos partes se sorprenden al conocer a la otra:
- “¿Por qué nadie lleva la bandera española? ¿No estáis orgullosos de vuestro país?”
- “¿De qué parte? ¿De la corrupción generalizada, de la picaresca, de las animaladas de nuestros ancestros, de la Iglesia española? ¿O hablamos de la selección española de fútbol?”
¿De verdad estamos orgullosos de la mayoría de la gente de España? ¿O España no es la gente sino los paisajes, la Historia o la comida?
Al pobre Trueba lo crucificaron por no explicarse. Igual a mí alguno me crucifica incluso explicándome (o tratando de explicarme). Lo malo es que muchos (pero muchos) de los que se llevan las manos a la cabeza por ese “insulto” (?) a España, facturan o compran en negro, meten facturas de lo que sea para desgravar y les suda la entrepierna el resto de sus compatriotas a los que en el fondo están defraudando y robando.
Que el patriotismo debería ser la solidaridad con tus compatriotas, trabajar para el progreso de todos. ¿Qué cojones sería España sin los españoles? Una península al sur de Europa. ¿Al rey y a la bandera no me los toques pero los españoles me la pelan? Pues no lo pillo.
Cuando tienes una pareja hay cosas que no acaban de gustarte del todo: no es puntual, siempre deja la tapa del váter subida, nunca se da cuenta de que te has cambiado el peinado, se mosquea cuando quieres ver ese partido importantísimo de la Champions o, yo qué sé, no le mola el sushi. Pero aun así, le quieres. Es más lo que te gusta que lo que te disgusta (si no es así, tienes un problema, deja de engañarte). Puede que con los países pase lo mismo. He ahí el problema. La mayoría de la gente con la que interactúas ES España. No unos colores, un escudo o una marcha militar del siglo XVIII, que no te engañen.
Un patriota, creo yo, es aquel al que le importa la mayoría de sus conciudadanos incluso por encima de los colores. Si solo te importan los tuyos tú no eres un patriota: eres un partidista. Si odias a todos los votantes de Podemos, tú no eres un patriota. Si odias a todos los votantes del PP, tú no eres un patriota. Y por supuesto yo no puedo estar orgulloso de ti. Ni de los tuyos. Es curioso que los que más se llaman patriotas a veces son los que más odio tienen. Una España dividida entre “los míos” y “los tuyos” desde hace tanto tiempo no produce orgullo; produce cansancio, hartazgo y, al final, asco.
De todas formas si estás leyendo esto y eres español (de derechas o de izquierdas, del Madrid o del Barça, ateo o católico, de tortilla muy hecha o poco hecha), hay una gran probabilidad de que formes parte de la España que quiero y me enorgullece. Y si mañana cambian la bandera y la ponen azul, amarilla y azul, me seguiréis cayendo bien. Vosotros, la gente buena, sois España para mí, así que:
¡Viva España!
Isabel | Martes, 07 de Marzo de 2017 a las 13:27:10 horas
Totalmente de acuerdo y bien explicado
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