Día Martes, 16 de Septiembre de 2025
PLENO EN ALICANTE
El titular no es que el alcalde no hablara, sino que no se habló de los ciudadanos

El Ayuntamiento de Alicante celebró ayer un pleno extraordinario para debatir el estado de la ciudad. Era el primer debate de este tipo que se convocaba después de las elecciones municipales de mayo 2015, que abrieron la puerta a un gobierno tripartito, integrado por el PSOE, Guanyar y Compromís; con los concejales del PP y Ciudadanos en la bancada de la oposición. Esa configuración de la corporación municipal fue anunciada por los partidos del nuevo gobierno como el inicio de una ilusionante etapa en la que el ciudadano ocuparía el centro del debate. Ahora, a diferencia de épocas pasadas, decían, se gobernaría para todos los ciudadanos.
El Pleno extraordinario de ayer era, en teoría, una sesión para debatir lo hecho hasta ahora por el Gobierno tripartito, sus proyectos y las propuestas de la oposición para mejorar la vida de los alicantinos, muchos de los cuales no tienen ni siquiera un mínimo sustento económico, ni trabajo, ni futuro, porque hace tiempo que el mismo angustioso presente se repite todos los días: mañana, pasado y el otro. El Pleno de ayer era, en teoría, el Pleno de la ciudadanía, de los vecinos de Juan XXIII, Tómbola, La Florida, las Playas o el Pla. Era el Pleno del dónde queremos ir, del dónde nos llevan, del cómo nos llevan y de quién nos lleva.
Para las personas bienintencionadas que creían que las cosas habían cambiado el Pleno de ayer fue seguramente la dolorosa constatación de que en su inmensa mayoría los politicos siguen alejados de la callle y permanecen instalados en su cómoda realidad de argumentarios y estrategias. ¿Ha cambiado algo? En Alicante todo vuelve a ser previsible: los ataques a la gestión de Castedo, las referencias a la corrupción, a Ortiz, las críticas fáciles, los reproches desmedidos, los desprecios y hasta las risas. Es evidente que la gestión del equipo de gobierno no se puede juzgar por la dos horas de duración del Pleno, ni tampoco el papel que ha jugado la oposición en este año y medio. Pero el Pleno tiene un formidable valor como máxima representación de la voluntad de los vecinos.
El mejor titular sobre el Pleno de ayer no es que el alcalde de Alicante inexplicablemente decidiera no hablar, sino que los ciudadanos no hablaron, ni tampoco se habló de ellos.
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