Artistas que vuelven a clase: último día

Cuando los y las artistas están cerca de la gente multiplican por dos o por tres todo. En el Centro 14 regresa la propuesta cultural y también Exposición “Los artistas vuelven a clase”. Un curso escolar en el que los alumnos y alumnas de la ciudad han estado cerquísima de artistas alicantinos que han acercado su arte a jóvenes estudiantes, su arte y su fuerza creativa para ayudar y sumar.

Este proyecto de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Alicante es de los que me gusta. El arte sobre todo es contacto, impacto y revolución de las cosas y esta iniciativa incide en estos aspectos: diálogos con los y las autores, sorpresa por la capacidad de transformar y nuevas miradas de la realidad gracias a la pintura, la fotografía, la danza y la escultura.

El arte contemporáneo tiene además un valor. Los y las artistas pueden ser vecinos tuyos, comprar en el mismo supermercado e incluso disfrutar de las mismas playas en verano. Realidades que convergen, porque vivimos el mismo momento, pero nos dan nuevas pistas sobre la vida cultural actual: museos, salas de exposiciones, galerías o espacios de arte, monumentos de la propia ciudad, todo para seguir reflexionando y cambiando las cosas.

Han participado en esta cuarta edición el grupo de artistas formado por Alicia Lamarca, Aurelio Ayela, Carmela García, Carmen Cremades y Omar Arráez. Los Centros Educativos de la ciudad de Alicante que han estado es esta convocatoria han sido: IES Jaime II, IES Cavanilles, IES Mare Nostrum, IES Playa de San Juan, IES Cabo de la Huerta, IES Las Lomas, IES Dr. Balmis y el IES Jorge Juan.

Hasta el 30 de agosto podréis absorber este espíritu en el Centro 14. Una actividad, que a propuesta de los y las artistas participantes, puede ayudar desde el arte a generar memoria de ciudad. Una exposición, una propuesta, que nos ayudará a estar más jóvenes al conjunto de la ciudadanía con útiles consecuencias como la mejora del lenguaje y la comunicación, la mayor capacidad de gestión social o mayor variabilidad de comportamientos. Como diría Aurelio Ayela, una cuestión de neotecnia que nos mantiene afortunadamente más inmaduros.