Esto es to..., esto es todo amigos

No sé si habrá muchos lectores que recuerden esa sensación de tristeza cuando, con pelo y toda la vida por delante, escuchábamos al cerdo Porki dar por finalizado el programa de dibujos de la Warner. Las alocadas aventuras del pato Lucas, Bugs Bunny, el gallo Claudio, la mofeta Pepe le Pew, Silvestre y Piolin, Tom y Jerry, el Demonio de Tasmania o del Correcaminos y el Coyote, nos clavaban a la pantalla sumiéndonos en un sueño hipnótico que provocaba sonrisas ante el.- “No se vayan todavía, aún hay más” - y lo contrario frente a .- “Esto es to…., esto es todo amigos.” -. Sutiles diferencias con la invasión del Pokemon Go, Call of Duty o Fifa Sport de idéntico y más prolongado efecto adormidera.

Reinaba Warner frente al aspirante Disney, más ñoño, más bobo, menos irreverente y transgresor. Quizá por eso siempre fui forofo de la primera. Con matices. Al menos por un día deseaba que el pato Lucas le diera “palpelo” al conejo de la suerte, que Tom y Silvestre compartieran muslitos de Jerry y Twitti, síncope de la abuelita incluido, o que el Coyote tuviera al Correcaminos ensartado y dorándose sobre las ascuas de un buen fuego. Material impagable para mi psiquiatra que, sin dudarlo, revela mucho de los que así crecimos. Conozco más de uno. Hay que ver qué facilidad tengo para distraerme.

El caso es que el verano se acaba, y esto es todo amigos. No hablo por hablar, tengo pruebas más allá del candelario, también conocido como almenaque. Comienzan las polémicas del Deporte Rey y maleducados contertulios se gritan estupideces desaforadamente. Anuncios de nuevas temporadas de viejas series amenazan con volver retorciendo los retorcidos guiones. Los gimnasios (hoy Sport Centers), cuentan por cienes las buenas intenciones deseando que, como el pescado queden ahí, en un mero propósito. Dietas milagrosas prometen perder lo ganado -con esfuerzo, dedicación y placer-, sin dejar de comer, sin ejercicio y sin más sacrificio que tirar el dinero. Propaganda de viajes a cuarto y mitad de su precio estival, corticoles y demás forman la vanguardia de lo que se nos viene, como el tiempo, inexorablemente encima.

Pero si algo marca el antes y después, el fin del verano, el inicio de la depresión postvacacional, año tras año, son los inauditos fascículos coleccionables de todo tipo de productos sin salida comercial que, hibernando a lo Teniente Ripley en el Nostromo, despiertan a finales de agosto.

Construya su propio bunker antinuclear en mil quinientos sencillos pasos; con el fascículo de lanzamiento las pilas de un contador geiger de regalo. Tenga en casa el Juan Sebastián Elcano (tamaño real) hecho por Ud. mismo pieza a pieza; disfrute de esta obra que llevamos anunciando desde los años 70 y sea el primero en acabarlo, con el primer fascículo dos lexatines de obsequio de lanzamiento. Vehículos acorazados de la Primera Guerra Mundial (imposible resistirse); sea la envidia de vecinos y amigos con esta irrepetible (hasta el verano que viene) obra. Forme su propio Congreso de los Diputados sin esperar a nuevas elecciones; con el primer fascículo de regalo el segundo con la nariz telescópica de Pinocho. Haga sus propios discursos y alargue nuestro regalo inicial cuantas veces precise sin dar explicaciones. Mapa de España por comunidades intercambiables que podrá segregar o unir a voluntad; cree su Estado ideal y disfrute discutiendo acaloradamente con sus cuñados en el idioma oficial de cada una. Monte su particular evasión de capitales en 10 fascículos y evite pagar impuestos; entrega en mano y pago en metálico sin factura. Aprenda a cocinar resultados de encuestas con este sencillo método que le permitirá predecir el ganador y explicar el motivo de su error con la misma contundencia y seguridad. Colecciones de joyas de princesas sumerias, recetas de cocina etrusca, perlas de la literatura bereber, trajes ceremoniales Watusi, cómo tener un iglú en el jardín, subjuntivo para vascos, y un sinfín de utilísimas muestras de la curiosidad e ingenio humano.

Lo mismo sucede, en estas fechas, con series y obras pasadas, ¿Cuántas veces ha deseado repetir aquellos momentos junto a Michael Landon?, ahora puede hacerlo gracias a la colección “Truñifilms” reviviendo de una sentada los 300 primeros capítulos de los “Ingalls” por un módico precio. De regalo dos bonitas plumas sobaqueras de las alas del ángel de nuestra próxima promoción. No se pierda la colección completa “Guayas de Chuck” y tenga siempre a mano los mejores sopapos del irrepetible Walker Texas Ranger; de regalo la dieta milagrosa de Steven Seagal. Sea el alma de cualquier fiesta con la recopilación “Discursos de Investidura completos”, una almohada visco-elástica con oxi-actión plus y perlas activadas como obsequio de lanzamiento de regalo y si llama ahora, además y totalmente gratuito, las tomas falsas de la carótida hinchada de María Patiño en “Salvame Deluxe”.

En fin, solo me queda desear que si alguna civilización alienígena se propone visitarnos provenga de cualquier parte de la galaxia menos del Planeta de Agostini y, por supuesto, no lo haga a finales de agosto y aterrice junto a un kiosco en plena vorágine de promociones coleccionables, por su propio bien.

* Enrique Vila es abogado. Fundador del despacho Romiel y Vila Abogados