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ENRIQUE VILA
ENRIQUE VILA Domingo, 04 de Octubre de 2015

Qué bello es elegir

No sé si darle las gracias a D. Mariano o mandarle al carallo por el detalle de colocar las próximas legislativas en plena época navideña. Ni idea de si ha sido una estrategia o ha caído así pero en todo caso, de verdad, podía habernos evitado compaginar los anuncios típicos del momento con la avalancha de sandeces, obviedades y simplificaciones con que van a inundar los medios los desinteresados candidatos.

La única ventaja que aprecio es que, de golpe y en conjunto, pasarán al mismo tiempo ambas y para Año Nuevo no tendremos volver a padecerlas salvo que algún cráneo privilegiado considere volver a torturarnos con nuevas o renovadas viejas polémicas imprescindibles para el devenir de la nación, la comunidad o la localidad. “Estoy cansado, tremendamente cansado” decían en “Alguien voló sobre el nido del Cuco”, y eso es lo que siento con la interminable sucesión de entrevistas, noticias, pancartas, manifestaciones y elecciones a las que se nos viene sometiendo en los últimos años. Sin duda la democracia es el mejor de los peores sistemas de gobierno (Churchill) pero si se abusa de ella, se tuerce y se somete a los votantes a una interminable polémica histriónica y maniquea, lo que se consigue es hastío.

Corremos el riesgo del más famoso de los sofismas griegos, es decir, el inmovilismo de Aquiles frente a la tortuga que le aventaja, parado ante el infinito número de puntos medios a rebasar. Todo lo demás chirría. No veo al tierno turrón de Jijona anunciador de armonía y pax vobiscum compartiendo pantalla con la sangrante arenga a incondicionales a voz en cuello en el albero de la plaza de toros. Parecen más Coliseos preparados para Legados de legiones romanas enardecidas y ansiosas de sangre caliente de enemigo con que engrasar los gladios. Poco navideño, poco edificante y poco familiar. No imagino a las “famosas” muñecas caminando torpemente hacia el Portal o a los peces bebiendo en el río (algo inaudito de por sí) al tiempo que, puñal verbal en mano, se acuchillan los “dignos” aspirantes a ser mantenidos por el pueblo soberano.

Ni al familiar que vuelve ilusionado a abrazar a los suyos enzarzado en agria discusión con cuñados de signo político contrario acabando la cena en comisaría. No sería el primero ni será el último. Habrá que estar dispuesto a oír sandeces. Es posible que alguien acuse de machismo a los Reyes Magos, que pida que no monten camellos o que castiguen a Papá Noel por alcoholizar renos, la nariz de Rudolph le delata, al tiempo que solicitan subida de sueldos y pensiones con rebaja de impuestos, la cuadratura del círculo. Y todo ello en un ambiente relajado sonando de fondo música de campanillas y zambombas. Nos espera una montaña rusa de emociones televisivas. Tras el bondadoso James Stewart consiguiendo alas para Clarens y préstamos para sus vecinos (¡Qué bello es vivir¡), sumiéndonos en un sueño de armónica solidaridad, despertaremos con Ratos, Pujoles y Bárcenas y sus millonarios presuntos desfalcos al fisco sin posibilidad alguna de presunto reintegro al erario público. El propio Judah Ben-Hur no sólo luchará contra el malvado tribuno Massala durante casi cuatro horas antes de que la Resurrección cure la lepra de su hermana y madre como símbolo de eliminación del Pecado Original.

Competirá en la arena del circo mediático con independentistas, animalistas, reformistas, comunistas, falangistas, columnistas y hasta trapecistas o alpinistas. Ningún mejor momento para entonar el villancico legendario de los no menos legendarios “Karne de Psikiátrico” Esto es un caos, estoy helao, cien pingüinos la han palma..., porque si salimos con bien de esta que nos echen lo que quieran, hasta emisiones falsarias de nitrógeno por la olla exprés mal calibrada que regalaba con cada Golf la innombrable empresa automovilística alemana. Y es que, al parecer, a D. Mariano Scrooge se le aparecieron los fantasmas de turno la noche de las elecciones catalanas tras una indigestión de pan tumaca. El de las Navidades pasadas tenía un espeso bigote, no era muy alto pero estaba en forma y no paraba de repetir “estamos trabajando en ello” con acento mexicano mientras reía chillonamente y le acusaba de blando.

El de las presentes era una masa confusa, el pelo blanco poblado y peinado hacia atrás le recordaba al dueño del Bar Cenas, pero su cabeza era Más cuadrada; piel blanca como cirio de Iglesias que al Rato se marchó diciéndole que le quedaba menos que a dos peces de hielo en un güisqui on the rocks. El peor, sin duda, el de las Navidades futuras, joven, desnudo, bien parecido, activo y dispuesto firmaba y se identificaba como A.R. Al principio le tranquilizó pensar que era Ana Rosa (Quintana), que le venía a entrevistar, pero era demasiado joven. En la mano llevaba un título y le señalaba con el dedo una ventana desde la que se veía Tabarca claramente. Cayó en la cuenta, estaba en su despacho de Registrador de la Propiedad de Santa Pola, ejerciendo su merecido puesto ganado en oposición. Ante ello, se persignó y pensó Santa María que salga el Sor allá por dónde sea y volvió a su letargo político consciente de que a la mañana siguiente nada sería como antes.

 

*Enrique Vila es abogado. Fundador del despacho Romiel y Vila Abogados

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