Día Jueves, 18 de Septiembre de 2025
El alicantino de adopción que liberó París
Durante décadas la Historia borró de sus libros la participación española en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, fueron miles los compatriotas que participaron en diferentes frentes de la contienda que más muertos ha dejado.
Uno de los episodios más apasionantes que protagonizaron esos héroes, a menudo anónimos, lo vivió la Novena Compañía del Tercer Batallón de Marcha del Chad, una de las más famosas de la II Guerra Mundial. Compuesta íntegramente por antiguos republicanos españoles y al mando del general francés Leclerc, se ganó un merecido capítulo en la historia por el arrojo y la valentía que demostró desde las arenas africanas hasta las montañas germanas. Conocida como La Nueve, liberó París del yugo nazi el 24 de agosto de 1944. Y de entre este batallón sobresalió la figura de un vecino de Alicante, el teniente Amado Granell, quien fue el primer oficial del ejército francés que llegó al Ayuntamiento de la capital francesa.
Aunque la instrucción de los aliados era la de rodear París, Leclerc, por orden del general De Gaulle, decidió obviarla y asignar en su lugar la entrada en la ciudad a una de sus secciones de soldados españoles, cuyos carros de combate, que llevaban por nombre las principales victorias republicanas en la Guerra Civil española, acababan de derrotar a los alemanes en Longjumeau. El teniente Granell, al mando de la unidad, recibió la consigna de estudiar la posición germana en la ciudad sin otra orden que la de avanzar. Acostumbrado a estar siempre en la primera línea de batalla, Granell no se limitó a inspeccionar la situación del ejército alemán en París, cuyo despliegue superaba los 12.000 soldados. Cuando caía la tarde de aquel 24 de agosto, desde el Arco el Triunfo, su centenar de hombres se adentró en la capital gala con la decisión de liberarla, sin mapas y con carros Sherman, orientados hasta el Ayuntamiento por una guía Michelin y la ayuda espontánea de un ciudadano. En una marcha triunfal sin violencia, La Nueve fue recibida por una marea humana enloquecida de emoción al ver a sus salvadores.
Desfile de la victoria en París
Amado Granell, a quien De Gaulle invitó a liderar el desfile de la victoria y fue nombrado Caballero de la Legión de Honor por su gesta, había nacido en 1898 en Burriana (Castellón) Criado en Valencia, a los 21 años se enroló en el tercio español de la Legión Extranjera. En el desastre de Annual (Marruecos) se graduó de sargento. Instalado en Orihuela, donde regentó una tienda de bicicletas, se afilió a la UGT y fue concejal por Izquierda Republicana. Al estallar la Guerra Civil se alistó en el bando republicano, con el que llegaría a combatir en las principales batallas como comandante. Granell también destacó en labores políticas. Al final de la II Guerra Mundial inició contactos con personalidades como Largo Caballero, Indalecio Prieto y Juan de Borbón para formar un gobierno de oposición que devolviera la libertad a España, que no prosperó. Volvió a su país en 1952 para instalarse en Santander. Luego se trasladó a Alicante, donde abrió un comercio de electrodomésticos en la avenida del Poeta Zorrilla (barrio del Pla). Granell perdió la vida en 1972 en un accidente de tráfico, cuando se dirigía al consulado francés en Valencia para tramitar su pensión de excombatiente.
Como republicano que fue en tiempos de contienda civil en España, el rastro de Amado Granell en Alicante nos lleva al Puerto de la ciudad, donde el 28 de marzo de 1939 se embarcó en el carbonero británico Stanbrook, el último barco que evacuó a los republicanos españoles. Alicante fue la última ciudad tomada por las tropas de Franco y en los días previos el Puerto fue su único refugio y esperanza. El campo de concentración de Los Almendros que el franquismo levantó en el actual barrio de la Goteta (hay un monolito conmemorativo en recuerdo a las víctimas) y el Mercado Central, que sufrió el mayor bombardeo de la Guerra Civil (no fue el de Guernica) con 300 muertos, son otros puntos de una ruta de trágico pero inolvidable recuerdo.
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