Día Miércoles, 01 de Octubre de 2025
Cuando los alcoyanos se rebelaron contra las máquinas
La Revolución Industrial y el progreso de este sector económico han tenido desde sus inicios en España un referente en el núcleo pionero y pujante que ha sido Alcoi.
Y como ocurrió en otras zonas del continente donde se desarrolló originalmente la actividad industrial, en concreto, en Inglaterra, sus lugareños también han vivido episodios turbulentos que han dejado huella en el recuerdo de varias generaciones, y vestigios que ofrecen la oportunidad de disfrutar de una escapada histórica rica e instructiva. Una opción interesante es conocer el ludismo (o luddismo, por el origen inglés del término, que alude a Ned Ludd, líder real o ficticio -según las fuentes- del movimiento obrero contra las máquinas), que en el caso de Alcoi tuvo su momento álgido en 1821, una década después que en tierras británicas.
Las precarias condiciones de trabajo, con bajos salarios, se agravaron con la sustitución de la mano de obra por nuevas maquinarias en la industria textil, y en marzo de ese año, un millar de obreros amotinados destruyeron 17 hiladoras valoradas en dos millones de reales de la época, en varias empresas (sobre todo, la Real Fábrica de Paños). El visitante puede hacerse una idea de cómo eran aquellos ingenios tecnológicos, que inicialmente trajeron el fantasma del desempleo y suscitaron aquellos disturbios, en algunas fábricas activas actualmente de la ciudad, donde se conservan como reliquias, e igualmente resulta atractivo visitar El Molinar, situado a unos dos kilómetros al sur del casco urbano. Este complejo fabril se encuentra, además, en un entorno natural, de gran belleza, próximo al Barranc de la Batalla, con un manantial, una cascada y un pequeño remanso de agua apta para el baño.
Centro de Interpretación Turístico de Alcoi
En esta ruta a un pasado alicantino poco conocido para la mayoría de los viajeros familiarizados con el sol y playa, es una parada obligada el Centro de Interpretación Turístico, junto al cauce del río Riquer, en la antigua fábrica de tintes, rehabilitada para cumplir ahora esta nueva función pedagógica de difusión de la historia alcoyana, hasta la conquista cristiana (con un audiovisual) y también en un recorrido por la aparición y desarrollo de la industria. También es una visita ineludible el Círculo Industrial, institución que atesora un notable bagaje de la historia económica local, además de alojar actividades culturales, desde hace décadas. Un edificio modernista de los pocos abiertos al público.
Además del ludismo, la historia alcoyana escribió otra página de máxima tensión en el ámbito industrial, de la que se habló igualmente en su momento en toda España: la llamada Revolución del petróleo. Los obreros se volvieron a rebelar contra la explotación que sufrían (de nuevo, salarios míseros y jornadas interminables), en esta ocasión en 1873, durante la Primera República, y el pulso acabó de forma sangrienta: el alcalde Agustí Albors (conocido como el Pelletes) dio orden de disparar sobre los manifestantes, que asaltaron el Ayuntamiento, le asesinaron y mantuvieron encerrados al resto de concejales. En aquel mes de julio, los trabajadores llegaron a gobernar la ciudad y declararon la independencia.
El nombre de revuelta o revolución del petróleo tiene su origen, al parecer, en que los obreros lo bebían y utilizaban como lubricante, además de blandir antorchas untadas con este material. Según relatos de la época, toda la ciudad olía a petróleo. Difícil hallar vestigios o legados de aquellos momentos en la actualidad. La escapada histórica a Alcoi se puede completar en el Museo Arqueológico Camil Visedo, doble edificio en forma de L, con un lado de estilo gótico y el otro renacentista, ubicado en la Plaçeta del Carbó (centro histórico), y declarado desde 1962 Monumento de Interés Artístico Nacional; y con el Refugio de Cervantes, un centenar de metros de galerías rehabilitadas en tiempos recientes para los interesados en rememorar la terrible experiencia de la población durante los bombardeos de la Guerra Civil.
Se trata de uno de los 25 refugios que se construyeron en la ciudad y contiene, como curiosidad, una bomba que no estalló y que cedió el Ministerio de Defensa. Por supuesto, otro de los atractivos para el visitante de Alcoi son sus puentes. Pocas ciudades mediterráneas cuentan con tantos en uso, que han contribuido y definido su historia debido a una orografía difícil para el asentamiento humano. La vida alcoyana se ha desarrollado entre barrancos, desniveles y un entorno natural montañoso, que se ha superado con unas obras de ingeniería para garantizar el tránsito de vehículos y personas. El núcleo urbano está enclavado en un valle circundado por la Serra de Mariola, Biscoi, L’Ombria, la Serreta, el Carrascal de la Font Roja, y surcado por las ríos Riquer, Benisaidó y Molinar, que son afluentes del Serpis. De la fiesta de Moros y Cristianos y su pretérita Cabalgata de los Reyes Magos ya hablaremos en otra ocasión.
*Javier Ramos es periodista. Administra el blog Lugares con Historia
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