Fabra aplaza su abandono para evitar una guerra en el PP

El presidente del PP de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, ha anunciado esta tarde en la reunión que ha mantenido la junta directiva regional que abandonará el cargo como consecuencia del resultado obtenido en las elecciones autonómicas del domingo, en las que su partido perdió más de medio millón de votos y 24 escaños. Pero Fabra no dejará la presidencia del PP ahora, sino que lo hará tras la convocatoria de un congreso en el que, según ha dicho, no se presentará a la reelección. Dicho congreso se celebrará después de las Elecciones Generales, que previsiblemente tendrán lugar en el mes de noviembre. Con el calendario en la mano, Fabra se mantendrá como presidente del PP valenciano hasta al menos enero de 2016.

Este abandono en diferido tiene como principal objetivo propiciar una transición ordenada en el partido y contener las tensiones que han comenzado a generarse en el PP valenciano tras los pésimos resultados electorales. La marcha ahora de Fabra desencadenaría una guerra interna sin precedentes en la formación popular. Hasta ahora ese conflicto interno ha permanecido más o menos larvado por el enorme poder institucional del que ha gozado el PP durante dos décadas.

Pero sin poder y sin el presupuesto de las instituciones, el Partido Popular puede ser una bomba de relojería, que ahora Fabra trata de desactivar. Pero la decisión de Alberto Fabra de aplazar unos meses su abandono tiene también otra explicación: el PP valenciano no tiene en este momento referentes claros; ¡Fabra no tiene sucesor! El resultado de las elecciones ha caído como una bomba atómica en el partido y sólo ha dejado cadáveres. ¿Qué dirigente popular de cierto peso puede esgrimir un buen resultado electoral? ¿José Císcar, Rita Barberá? No, desde luego. Fabra necesita unos meses para preparar la sucesión y a los aspirantes a sucederle también les puede venir bien cierto tiempo para organizarse.

¿ES INEVITABLE LA GUERRA?

Pero no está nada claro que la decisión de Fabra contenga la guerra. En las próximas semanas se va a decidir, por ejemplo, qué concejales irán a la Diputación de Alicante, la única institución en la que el PP podría gobernar. Y una vez tomada esa decisión, quién optará a presidir la institución provincial: ¿Luisa Pastor? ¿José Císcar? ¿O un tapado? 

El declive que ha experimentado el PP de la Comunidad Valenciana en las elecciones autonómicas es histórico. El Partido Popular ha sido el más votado, pero nunca antes había cosechado un apoyo tan bajo. El resultado es malo desde cualquier óptica y sea cual sea la referencia que se tome: número de escaños, porcentaje de votos o número de sufragios. En relación a las últimas elecciones autonómicas, las celebradas en 2011, el PP ha perdido 24 escaños, y ha pasado de 55 a 31 diputados. En número de votos, el Partido Popular ha perdido más de 550.000, una cifra que define a la perfección la hecatombe electoral registrada por el PP, que lo sitúa en el inicio de una durísima etapa al margen del poder.

RESULTADOS HISTÓRICOS DEL PP EN LAS ELECCIONES AUTONÓMICAS

RESULTADO ELECCIONES AUTONÓMICAS COMUNIDAD VALENCIANA 2015