¿Qué coño es el veroño?

El veroño es una hipotética nueva estación del año que se ha sumado a las cuatro de toda la vida. Se sitúa en el mes de octubre, entre el verano y el otoño, y se caracteriza por el inusual calor de las mañanas y el (más lógico) fresquito de las tardes y noches. La nueva estación no aparece todos los años, como sus otras compañeras climatológicas. Sólo surge a veces, de vez en cuando, pero en los últimos años lo ha hecho con cierta frecuencia. De hecho, se dice que la repetida aparición del veroño es otro de los indicadores del cambio climático.

De cualquier manera, es justo lo que ha pasado estas semanas en la mayor parte de España, y especialmente en la Comunidad Valenciana, que ha registrado altas temperaturas en pleno mes de octubre, a las puertas de noviembre. Con todo, pese a los razonamientos climáticos y científicos, la lustrosa RAE no ha incluido todavía la palabreja en su última revisión del diccionario. Y si no aparece en ese amplio glosario, el veroño no existe, aunque el calor sea pegajoso y real. (Tampoco la RAE ha incluido este año la palabra Pibón, y pibones haylos). De ahí que, de momento, sigue habiendo cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno, y Vivaldi no se ha quedado obsoleto. Lo que parece claro a estas alturas del veroño es que la supuesta estación está a punto de abandonar la Península Ibérica porque la semana próxima una borrasca acompañada de un frente frío penetrará por el norte de España. Bajarán de forma muy notable las temperaturas y llegarán las lluvias y las primeras nieves del, ahora sí, otoño.