Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
Liderar la cancha

Cuando iba a mandar este artículo a la redacción de este periódico, me han dado una noticia que esperábamos los aficionados del baloncesto local. Pero no cambia nada mi escrito, que es el que sigue, por la fe que tenía en ese resultado.
Cuando la afición vibra, canta, aplaude, grita; cuando la grada se llena de exclamaciones de júbilo; cuando en la cancha los jugadores disfrutan con su juego y aciertan en sus lanzamientos a canasta; es cuando sabes que el partido está encarrilado. Aunque no puedes dejar nada a la improvisación, el baloncesto es un juego intenso, muy rápido, que necesita de mucha concentración. Cuando esto falla, todo puede volverse en contra en poco tiempo. Ya saben, remontar no es tarea fácil. No hay tiempo al descuido ni a la relajación.
En el Pabellón Pedro Ferrándiz de Alicante se disfruta de la competición. Se suda la camiseta en la cancha, pero también en la grada. Disfrutar con tu equipo es celebrar las victorias, también es sufrir de las dificultades.
Los jugadores profesionales de baloncesto son de una pasta especial (según el argot popular). Tienen que darlo todo para conseguir la victoria. Decía Magic Johnson que “tienes que dar el 125 por ciento. Pon el corazón y el alma en ello; aprende a tener una actitud positiva y ganadora. No aceptes la derrota pero aprende de ella”. Estas palabras son una lección de vida, no sólo de baloncesto. Es actitud, es compromiso, es implicación en lo que haces, es no rendirse ante la adversidad y seguir intentándolo todo hasta conseguir tu objetivo. “Mi actitud es tal –dijo Michael Jordan– que si me empujas hacia algo que piensas que es una debilidad, entonces daré la vuelta a esa debilidad percibida, y la convertiré en una fortaleza”.
En el desarrollo del resultado es fundamental el juego en equipo con el entrenador liderándolo con sus decisiones. Aprovechando a los mejores para los momentos cruciales. Dejando que brille toda la plantilla con su juego durante el resto del partido. Sin individualismos, todos a una, uno para todos. En palabras de Phill Jackson, “la fuerza del equipo está en cada miembro individual. La fuerza de cada miembro está en el equipo”.
El resultado de cada partido es un nuevo reto, con un fin: ganar. Los jugadores son los protagonistas. La afición es el coro que motiva a los jugadores para conseguir el éxito.
Todo esto lo hemos visto en el equipo HLA Alicante Fundación Lucentum. En Rivero, Chapela, Lobo, Lafuente, Orion, Díaz, Fernández,… No dejan una pelota por perdida. Están todos involucrados. El base sube la pelota y es capaz de asumir el liderazgo por un momento. Decía Larry Bird que “haz que todos crean en ti, en el equipo, y siempre ofrecerás lo mejor de ti mismo”. Así todos terminarán haciendo del juego una sola jugada.
Esa entrega, esa intensidad, esa imprescindible concentración, está produciendo un playoff de ensueño. Cuando lea este artículo ya conocemos la buena nueva: el HLA Alicante Fundación Lucentum ha superado al Óbila (Ávila) por tercera vez. Y con esto, un sueño está a punto de hacerse realidad: el ascenso. “Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pasará, otras hacen que suceda” (Michael Jordan). Ahora sólo queda ganar la final.
Pues eso, hacer que ocurra. El equipo ha trabajado para conseguirlo. Los jugadores se lo merecen, también se lo merece la Fundación Lucentum y Antonio Gallego, su Presidente. Lo necesita la afición. Y Alicante se merece un equipo de baloncesto en la categoría más alta. Que así sea.
* Pascual Rosser Limiñana es escritor en su tiempo libre, autor de tres libros, el último una novela corta titulada "Más allá del horizonte".













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