Aire acondicionado y calefacción: ¿cuáles son las temperaturas más adecuadas?

Las temperaturas comienzan a bajar y poco a poco empieza a ser necesario poner la calefacción a lo largo del día. En zonas como el levante español, las estaciones no tienen apenas transición: la provincia de Alicante, sin ir más lejos, vive estas semanas descensos drásticos de temperaturas casi de un día para otro, que en más de un caso provocarán que haya que poner el aire acondicionado un día y la calefacción al siguiente, o incluso alternar entre uno y otro a lo largo de una misma jornada. El otoño no llega a presentarse entre el verano y el invierno, entre las sandalias y las bufandas, entre el aire acondicionado y la calefacción.

Una de las grandes cuestiones en la climatización del hogar es a qué temperatura hay que poner los aparatos. Expertos en aires acondicionados de Bosch aseguran que lo idóneo es estar a 21 grados con la calefacción y a 26 grados con la refrigeración. Son los puntos exactos en los que conseguir la máxima eficiencia entre el confort de los usuarios y el consumo energético de los aparatos, al igual que para que la eficiencia sea total es conveniente no estar encendiendo y apagando el equipo, sino con un uso continuado y moderado.

Los aparatos de aire acondicionado son uno de los elementos que más incidencia tienen en el coste final de nuestra factura eléctrica. El gran consumo energético que implica climatizar una casa supone que, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, el desembolso de las familias españolas crezca un 30% de media durante los meses estivales debido al aumento en el consumo energético, que sube hasta los 144 Kwh al mes si el aire acondicionado se utiliza unas ocho horas diarias. Pero los aires acondicionados están relacionados directamente con aspectos todavía más importantes que el económico: la calidad del aire, su limpieza y, por supuesto, la contaminación.

Desde 2007, en España está vigente la Ley de Calidad del Aire y Protección Atmosférica. Su objetivo es prevenir y reducir la contaminación del aire, algo a lo que también ha contribuido el avance de la tecnología aplicada en el hogar. Los aparatos de aire acondicionado que se fabrican hoy en día retienen las partículas y sustancias que pueda haber en suspensión en sus filtros, purificando el aire además de climatizarlo.

Además, no es necesario renovar el aire ventilando la habitación, pues el propio aparato mantiene la atmósfera limpia, filtrada y purificada: abrir las ventanas sólo servirá para que la estancia se caliente, lo que bajará la eficiencia y ahorro del aparato. Las siglas que aparecen en los aires acondicionados son uno de los grandes indicadores para conocer su eficiencia y su consumo, tanto cuando está apagado como cuando está en funcionamiento, ya sea parcialmente o a pleno rendimiento.

El Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes recopila anualmente datos sobre emisiones a la atmósfera de cualquier tipo de sustancia. En su página web puede consultarse el nivel de emisiones por sustancia contaminante, tanto a nivel industrial como del hogar. Es importante conocer cómo, ya sea a nivel corporativo o individualmente desde el hogar, contribuir gracias a la tecnología a una mayor eficiencia energética global y a cuidar el medio ambiente y las emisiones que a él se hacen.