Familia adoptante busca niño

Un bebé abandonado en un contenedor, otro fallecido a causa de una supuesta paliza de sus padres... Son algunas de las últimas noticias que me repatean y hacen que se me ponga un nudo en la garganta porque no me entra en la cabeza que las personas seamos capaces de semejantes atrocidades. Y tampoco logro entender, y mira que lo intento, cómo mientras que tenemos que soportar estas barbaridades, a las familias que quieren adoptar un niño en vez de darles facilidades lo único que se le ponen son trabas.

Como ejemplo, en Alicante se tarda una media de 6 años en atender las solicitudes de adopción. Y eso sólo para empezar a hablar. Pero a nadie parece interesarle. Porque a las feministas que se les llena la boca diciendo que defienden los derechos de las mujeres nunca las he oído, ni visto, manifestarse por las que no pueden concebir y quieren adoptar un niño o, simplemente, lo hacen por convicción. ¿Son menos mujeres que las que quieren abortar? ¿Querer ser madre no es también un derecho? En el otro extremo, los denominados grupos 'Pro-Vida', que se enorgullecen de luchar por las familias, tampoco se han movilizado por las personas que quieren dar un hogar a un niño abandonado, o si lo han hecho creo que no se han preocupado demasiado en darle difusión porque no me he enterado.

Y me consta que son muchas las parejas que esperan para ello, tanto heterosexuales como homosexuales o personas en solitario (monoparental). ¡Tanto que protegen y salvaguardan a los menores y la unidad familiar! Pero claro, es que estas familias quizás no son "como Dios manda". A ninguno se le ocurre protestar para reclamar que se mejoren las normativas con el fin de aligerar los trámites de las adopciones o que los padres de acogida puedan tener mayores derechos frente a los parientes biológicos si es en beneficio del menor. Ni a unos ni a otros les preocupa esto.

Quizás porque este asunto no genera polémica o porque no da muchos votos. Entre todos, la casa sin barrer. A lo mejor estas familias tendrían que boicotear actos públicos y salir medio desnudos para que se escuchasen sus reivindicaciones. ¡Ah, no! Que esas manifestaciones están sólo reservadas para los activistas y está muy mal visto para unos futuros padres (adoptivos).