RAFAEL SIMÓN GALLARDO Martes, 08 de Marzo de 2022

El último gallego …

Nuñez Feijóo es otro gallego más para nuestra historia; Francisco, Mariano y Alberto, el trío calavera, dignos personajes de los teleñecos, personas que contestan a las preguntas con enigmas en tono de interrogación.

Franco muerto está dotado de la "mobile tomb" como elemento indispensable de la cotidianeidad política utilizada por un Sánchez habilidoso.

Rajoy no se ha recuperado de los efectos de las bebidas espirituosas que consume ante cualquier crisis para regalar el futuro a un ineficaz adán guapo y encantado de haberse conocido y terminar escribiendo el libro de sus memorias que finalmente publica y la gente compra, no seré yo.

Nuñez Feijóo llega ahora y dice que todo va bien, que el PP está unido y es el remedio de la otra España a pesar de que las cicatrices siguen exhalando pus y no es cierto que estén bien cerradas.

Yo me pregunto ¿qué coño ha pasado con Casado? ¿Por qué se va? Es importante saber que ha hecho mal este paniaguado del partido, no solo porque lo exija con acierto Diaz Ayuso y Cayetana lo refrende con más valentía que los famosos huevos de Teodoro García Egea, Teo para los amigos, sino por el peligro de cerrar la crisis de cualquier manera sin depurar responsabilidades. Tiene que haber castigo ejemplar y expulsiones. El que la hace la paga.

Muchos votantes han abandonado la formación de las gaviotas porque no escuchan un mensaje definido, esperanzador, aglutinador, valiente en palabras y en hechos. Luego se lamentan al constatar que cada vez son menos sus correligionarios y demonizan sin complejos a los que se desplazan hacia Vox por traidores.

Ésto no lo arreglará el último gallego por mucha cara de buen chico que tenga si lo que quiere hacer es mantener los privilegios del grupo en contra de los intereses generales nuestros, si solo sabe vender gestión y la capacidad de desfacer los entuertos generados por la izquierda torpe y dogmática. Si se hace esto repetiremos la historia reciente, esa que es tan importante cambiar.

Los votantes de la derecha reclaman un proyecto, un sueño político social y económico que entronque con la ideología y los valores del liberalismo y por tanto se enfrente sin ambigüedad al separatismo reinante, el de alta y el de baja intensidad como el Gallego, gestionen una democracia donde el voto de un español valga lo mismo en Cataluña que en Granada, bajen los impuestos por respeto a la sociedad saqueada y hastiada después de la pandemia, recuperen el control de la enseñanza sin diferencias torticeras, luchen contra la hegemonía cultural dominante de la izquierda y lo hagan sin complejos, combatan la corrupción en todos los partidos, incluidos la izquierda tan ávida de riqueza como la derecha y tengan en cuenta que el dinero que utilizan es nuestro, el de los impuestos que han sido recaudados con actitudes que recuerdan a reyezuelos medievales donde nunca hubo ciudadanos y sí pueblo obediente...

Ahora observen atentamente a Feijóo, definitivamente nos ha mirado un tuerto y encima, hay guerra sobre nuestras cabezas...

*Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...