Muerto el Rey, viva el Presidente

"Seamos realistas, pidamos lo imposible", fue el grito de los jóvenes revolucionarios durante el mayo francés. Sin embargo con el tiempo, el mundo cambia porque dejaron de ser jóvenes para transformarse en profesionales, empresarios, padres y terminaron siendo lo que odiaban: burgueses de mierda... 

Cuando se sustituye a un Rey en una revolución se cambia al monarca por una presidencia republicana, unas democráticas, otras totalitarias, depende de la suerte que se tenga. Esta presidencia se transforma en el traductor de la tan aclamada "voluntad popular", hija deficiente del sistema, menor de edad, minusválida, que necesita siempre de la interpretación de tiranos para el resto de los mortales, por fín la voluntad popular tiene el mejor intermediario posible. Muerto el Rey viva el Presidente. 

Esta hipotética voluntad  es el magnífico mantra que se repite ante todo y justifica cualquier derogación de derechos en aras del bien común. Pero lo que dice el pueblo no es lo que vota,  es lo que determinados políticos cuentan que nos favorece. La derecha no tiene poder de convicción porque arrastra el mantra de la maldad, la izquierda usará todos los recursos a su mano para obtener el poder y si fracasa la violencia se justificará porque ellos son los buenos y siempre tienen razón. Recuerden Cuba. 

La Revolución Francesa cortó la cabeza a la Monarquía y a todo lo que se meneaba con peluca para terminar  ensalzando a un emperador de nombre Napoleón. 

La utopía bolchevique pretendió llevar al cielo al pueblo ruso previo aniquilamiento de todo vestigio monárquico y acabó transformándose en el inframundo y el infierno mismo de la pobreza perfecta y el terror de estado para expandirse al Mundo en esta fórmula de control y aniquilamiento general.  Nuestra guerra civil fue un intento.

Como ven las revoluciones degeneran siempre en lo que que quieren erradicar, es un hecho científico confirmado. Realidad basada en evidencia histórica resistente a interpretaciones torticeras.

Se grita libertad con la boca mientras que el tirano se presenta como salvador y termina esclavizando a los hombres que al principio fueron libres les apoyaran o no. Muy ecológico, circular y sostenible.

Para que la libertad se exprese, debe existir cierta tensión entre la sociedad civil  y la fuerza de un estado que cumple las leyes. Sin embargo,  cuando las costumbres que servían de costura al estado se debilitan quedando anulada la autoridad de las personas que gozan de respeto, cuando esto pasa solo queda la observancia del tirano que todo lo iguala por defecto y por abajo.

Yo ahí lo dejo.

*Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...