Día Martes, 16 de Septiembre de 2025
No lances piedras en mi nombre...
Las técnicas del mundo bolivariano se han establecido en España con total naturalidad e impunidad. El fenómeno tiene sus antecedentes nacionales en el País Vasco y más recientemente en Cataluña pero como vimos hace nada se desarrolla en Madrid y me temo que también en el resto de nuestra nación. A nivel internacional no se han salvado; Alemania, Francia, Estados Unidos y un largo etcétera padecen la misma degeneración.
Se trata de grupos de personas organizadas pertenecientes a colectivos relacionados con la delincuencia y/o el deporte cuya misión es la de seguir las indicaciones del partido político afín, esté o no en el gobierno para someter el espacio público al control implantando el miedo como forma de persuasión.
Mafia al máximo exponente, matonismo insano y antidemocrático derramado sobre las cabezas de los ciudadanos sin vergüenza alguna.
Si el partido que los dirige no está en el gobierno los nuevos milicianos lucharán para que esto se consiga y si el partido gobierna, estas hordas terroristas se transforman en un sucedáneo de las fuerzas de orden público que luchan contra lo antagónico al que tachan de delincuente protegidos por la impunidad que su gobierno les ofrece.
Esto pasó ya en la II República y fue una de las causas que abocaron en la Guerra Civil pero seguro que no se ha enseñado a nuestras generaciones jóvenes en las escuelas...
Estos movimientos no son una anécdota, no conforman realidades sin importancia, no son banales sino que expresan el fuerte deterioro que sufren nuestras clase política y su falta de ética que articula la posibilidad de que los fines justifiquen a los medios aunque estos sean violentos y terminen siendo sanguinarios y mortales.
Estos terroristas coaccionan, amenazan, invaden el espacio público rompiendo la debida neutralidad democrática que salta por los aires amparados por la protección claramente directa de las actuales autoridades y además con el apoyo y comprensión de la mayoría de medios de comunicación que narran estos acontecimientos con un falsario discurso que confunde al ciudadano y le hace percibir lo bueno como malo y lo ilegal como un bien justificado.
Estos movimientos son el instrumento de la tiranía que nos gobierna, de los partidos de turno que se han corrompido por las ansias de poder y no tienen el mínimo sonrojo en socavar el Estado de derecho, la convivencia, la ciudadanía, la democracia y el respeto al disidente para la consecución del fin último que nos prometen será por nuestro bien aunque realmente solo ellos saldrán favorecidos.
A la vez son el augurio de males mayores, de épocas negras que están por llegar para nosotros, nuestras familias y los proyectos de vida que sin duda quieren cambiarnos por el corsé rancio de ideologías anticuadas que fallaron estrepitosamente durante el siglo XX y están empecinados en que comulguemos con sus molinos.
Esta realidad que se establece en España nos enseña si sabemos leer entre lineas que el ejercicio de cualquier derecho político, del voto, de la libertad de expresión, de la propiedad, religión, educación, sexo, de la vida en general será cada vez mas violentado y padecerá de todo tipo de fechorías que sin duda serán ilegales y violentas mientras que todos se la cogen aparentemente con papel de fumar.
Nuestro sistema global no parece estar dotado de mecanismos que contrarresten estas desviaciones y parece que sus efectos son irreversibles además de dar la sensación de que el gobierno procura a estos malhechores todas las herramientas que les permitan expandirse.
Pero de lo que verdaderamente se nutre este fenómeno es de nuestro miedo a responder, de la equidistancia que invade todos nuestros sentidos normalizando el insulto y transformado a las víctimas en agresores y a los terroristas en héroes que terminan haciendo política y siendo nuestros representantes como ya ha empezado a suceder.
Aciago futuro nos espera queridos compatriotas...
*Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.31