Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
Palacio con vistas...
Soy un hombre público. Dudo de mi cordura pero disimulo tan bien que ustedes nunca conocerán la verdad. Soy público y estoy loco, ventaja del ser y estar en español porque en bretaña sería imposible de expresar. Muchos me tachan de deshonesto y mentiroso y tienen razón más no entienden que estos son los motivos del ascenso y el estatus que ahora ostento y que tanto me satisface además de que nada me importa sus pusilánimes opiniones.
Desde mi ilustre atalaya, a la altura de mi rango, ustedes las diezmadas hormigas nada significan, simpáticos insectos que incluso cuando se burlan, odian o me recusan me parecen animales entrañables. Criaturas menores que se orientan por mí consejo y liderazgo hacia el fin último y el bien máximo: el mío. Me es difícil reírme con ustedes porque cuando les miro me embriaga la tristeza de confirmar su absoluto desconocimiento de la realidad para la que no están por el momento preparados.
![[Img #20388]](https://alicantepress.com/upload/images/02_2021/4673_rafael-gallardo.png)
Antes me preocupaba parecer ridículo, probablemente porque nací larguirucho, flaco y muy guapo pero fui consciente de mis cualidades sobre los siete años cuando por mi elevada e infrecuente estatura los demás me parecían enanos. Después me adapté en la escuela y en la universidad a compartir espacios diseñados para gente tan menuda.
No fui buen estudiante porque no lo vi necesario, para medrar siempre encontré atajos que no precisaron de mi esfuerzo personal pero si de mi intuición para detectar el mal en ojo ajeno. Otros hicieron mis tareas, por mí escribieron y les copié sin vergüenza, realizaron trabajos, proyectos y tesis donde mi mayor complicación fue firmar, escribir mi nombre con letras mayúsculas, únicos símbolos coherentes porque lo minúsculo no forma parte del universo que habito al que ustedes no están invitados.
A medida que el tiempo pasó yo mejore sobre manera en el arte de ascender sin el mínimo atisbo de misericordia a la vez que fui consciente de mi cualidad y de sus maravillosas consecuencias. En mi alma creció la terrible melancolía aumentada por la soledad y la única convicción de que en el mundo todo da lo mismo. Lo presentí de joven pero fue de adulto cuando lo confirmé de hecho.
Al principio creía que antes de mi persona había otras cosas, pequeñas y poco importantes que me precedían pero después, con más años y experiencia llegué a la certeza de mi error. Las nimiedades a mi alrededor confirmaron la sospecha como seguro también advirtió Adan primigenio en su paraíso.
En todas las obligaciones, responsabilidades y trabajos que he desempeñado y desempeño, constato que los problemas se apartan de mí por si solos, sin necesidad de intervenir y por tanto no tiene sentido preocuparse por nada ni nadie.
Hoy en esta lúgubre noche, solo en el dormitorio de mi regio palacio en lo alto de la olímpica colina observo perplejo la ventana que me aísla del indolente e irrelevante exterior. Suspiro hastiado por el peso de mi gran cometido. Soy un hombre público pero no pertenezco al público. Tomo mi rutinario sedante en mágico comprimido que me augura el reparador descanso que merezco, quizá sueñe con algo interesante si eso existiera, seguro que lo haré con mi dulce figura de larga y prolongada sombra que alcanza como ojo que todo lo ve a los zafios hormigueros.
Mañana al trabajo con falsa diligencia, estupido e innecesario consejo de ministros. Gran sacrificio para un hombre tan sabio y público como soy ...













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