"Carta de Fiódor Dostoyevski si viviera..."

Admito que nos mientas a todos: amigos, enemigos, familiares, desconocidos, colegas y extraños. De esto me puedo defender porque estoy preparado, te conozco y lo entiendo. Pero lo que me produce temor y amplía los miedos a niveles insoportables es ver como te comportas con tu persona, como te mientes a ti mismo y con la pasmosa naturalidad que lo haces. 

Si te mientes a ti, si solo escuchas los propios embustes y te los crees llegará el momento en el que no reconocerás la verdad ni tampoco la poca que exista a tu alrededor ni por supuesto la nuestra. Has mentido tanto y con tal convicción que hoy no te respetas, eres una burda caricatura de quien pudiste ser si hubieras sido honesto. 

Cuando ya no tienes respeto por nadie ni por ti, pierdes empatía si alguna vez la conociste y te es imposible amar, te transformas en un huérfano emocional, nada te afecta y te sumerges en la soledad del tahúr que necesita para combatir el tedio entregarse a los bajos instintos consiguiendo instalarte en vicios personales que te alivien como son  la lujuria, el poder y el dinero que vienen a ser lo mismo que la  manipulación, la arrogancia, el control y la soberbia. 

En esta situación todo te molesta, todos están contra ti que eres el único iluminado con la razón por delante. Has aprendido a autoofenderte y eres la víctima de tus ofensas inventadas porque íntimamente  te producen placer. Sabes que nadie te busca de verdad, ninguna persona te agrede porque realmente no eres tan  importante y válido  como te presentas en sociedad: el eterno ofendido, el Salvador perjudicado, el mesías ateo, el franco libertario  cuando en realidad el agravio es obra de tu imaginación mediante hipérboles, impostura, exageración, teatralidad y engolamiento.

Vigas invisibles  en los ojos contra  motas ampliadas del resto, montañas por minucias, crispación sin tregua, guerra ficticia, todo útil para ensalzar el odio personal y el dolor ajeno como medio de vida y supervivencia...

Para terminar te digo que si no logras tus objetivos y tienes problemas y oposición usarás la violencia sin tembleques afeminados, quemarás  la calle y amenazarás a quien no comulga con tus ruedas por los santos bemoles de tus gónadas y tu,  el adalid feminista justificará los fracasos con la vehemencia del peor machista doméstico y ya llegarán otros molinos que moverán las aguas manchadas de sangre porque la tuya la tienes a buen recaudo protegida por las fuerzas que deberían estar atentas a nosotros y no a tu triste figura...

No te engañes Pablo, así son las cosas y así te las he contado...

*Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...