Consejos para comprar un coche de ocasión

La compra de un coche de ocasión siempre es un momento un tanto delicado, pues hay muchos elementos que pueden fallar y provocarnos un problema muy serio después.

Además, hay muchos mitos alrededor de qué debemos mirar, como cuando nos decían que los coches de segunda mano en Alicante podían tener corrosión debido a la sal, algo que es cosa del pasado gracias a los tratamientos que reciben los vehículos hace décadas.

Veamos algunas de las partes en las que sí debemos fijarnos al comprar un coche usado.

Comprobamos si los km coinciden con los desgastes interiores

Uno de los mayores problemas al comprar un coche de segunda mano es intentar averiguar si los km que vemos en el marcador son reales.

Hay muchos “trucos” para intentar saber si no te están engañando, pero lo cierto es que es muy complicado detectar este fraude.

De todas maneras, una de las mejores formas de comprobar si los km que marca el coche son ciertos es ver los desgastes interiores. Así, miraremos cómo está el volante, el pomo de la palanca de cambios, los botones de los elevalunas y todos esos elementos que tocamos muchas veces cuando conducimos.

Si el coche tiene pocos km y un desgaste alto significa que ese vehículo tiene muchos más km de los que marca en realidad.

Nos fijamos en todas las agujas del cuadro de mandos

Todos los coches con unos años a sus espaldas llevan un cuadro de mandos analógico, con agujas que vemos en el indicador de velocidad, de las revoluciones, de la gasolina, de la temperatura, presión del aceite si la llevara, etc.

A veces, los problemas mecánicos se pueden ver en esas agujas, como cuando vemos un ralentí demasiado alto o bajo, o una temperatura muy alta, algo que se trata de ocultar manipulando las agujas.

Esta manipulación la podemos comprobar con el coche parado, sin arrancar. Si vemos que las agujas están por encima del “mínimo” o del cero si así lo marca es más que probable que las hayan manipulado.

Pedimos probar el coche siempre en frío

Hay problemas mecánicos que solo se notan cuando el coche está frío. De esta forma, calentando el coche, nos ocultan fallos como los humos en el diésel, problemas en el arranque, errores en el sistema de refrigeración y un largo etc.

Por eso, al vendedor le pediremos que no arranque el coche hasta que vayamos a verlo, comprobando si es necesario la temperatura del motor abriendo el capot y aproximando la mano para ver si es cierto que no ha arrancado el vehículo hasta nuestra llegada.

Nos llevamos un imán para comprobar la carrocería

Al comprar un coche queremos que la carrocería sea de chapa y no de masilla, una comprobación para la que podemos llevar un simple imán de nevera, de esos que son como una pegatina.

Pasaremos ese imán por toda la carrocería, en especial por aquellas zonas más susceptibles de recibir golpes, como las aletas, las puertas o el parachoques.

Si el imán no se pega es que hay masilla y el coche ha sido reparado. Esto no es malo en un principio, pero nos debe poner alerta para buscar golpes más importantes.

Miramos si hay diferentes tonos de pintura

Hilando con el apartado anterior, si notamos que el imán no se pega hay que empezar a buscar diferentes tonos de pintura, en especial en aquellas zonas en las que no se repinta como el interior del maletero, en la zona de la rueda de repuesto.

Si ahí vemos que hay dos colores o tonos distintos lo mejor es evitar ese coche, ya que ha podido ser sometido a una gran reparación.