Bálsamo y oráculo

El bálsamo de Fierabrás pertenece a los remedios mágicos de la literatura medieval. Se le conoció como "el de brazo feroz" por referirse a un inmenso sarraceno hijo del emir Balante, señor de las españas que portaba en su caballo dos barriles con bálsamos procedentes de Jerusalén empleados en la sepultura de Jesús y que tenían las propiedades de curar cualquier dolencia o herida accidental o de batalla. 

Cervantes lo resaltó en su novela e incluso detalló la receta para su preparación en tres partes de origen vegetal y una mineral como todos los remedios medievales basados en la numerología tres a uno.

Podrían pensar ustedes que este tipo de personaje no existe o solo pertenece a referencias literarias de  épocas antiguas pero están equivocados. En nuestro fulgurante y tecnológico siglo XXI hay personas más brillantes y mágicas que el nombrado Fierabrás. 

Me refiero al famoso Oráculo de Santaojero, "el de los ojos saltones", descendiente tardío también del Emir Balante mezclado con retazos judíos, celtas y visigodos en proporción tres a uno como el bálsamo y resultando un crisol multicultural hasta la médula, como tambien le sucede al resto de hispanos a excepción por supuesto de vascos y catalanes que como todos sabemos son ambos dos hijos de la polla roja, cada cual de su propia polla claro porque en estos temas genitales no esta bien visto ni es apropiado mezclar los temas ni por supuesto las pollas. 

Nuestro héroe es algo más guapo que su descendiente sarraceno, probablemente por la mezcla de razas que al final siempre acaban mejorando la especie. Llama la atención su espectacular parecido con Christopher Lloyd protagonista de regreso al futuro, resulta algo más guapo que Fierabrás y destaca por sus acertados Oráculos del futuro sobre nuestra evolución pandémica que después de ser emitidos se estudian por una lista larguísima de expertos desconocidos e irrepetibles que finalmente acaban firmando sus augurios con bastante más Fe que evidencia científica. 

Si señores son ustedes muy avezados y perspicaces, ya sabrán a quien me refiero por supuesto. Santojero no es otro que mi primo lejano y también licenciado en medicina como yo D. Fernando Simón. Los dos licenciados que no doctores sepan todos.

Querido primo, que ufanos y gozosos somos nuestra familia y yo mismo. Como nos ha llenado de orgullo y satisfacción tu entrega y entereza, tu vista de pájaro, tu capacidad de maniobra, tus vacaciones estratégicas, tu buena forma deportiva, tu peluquería, tu moto, tus vastos conocimientos preventivos, tu impostura, tu verbo claro y fácil donde el no es si y el imposible posible sin vergüenza ni sonrojo y cada palabra puede significar lo uno o su contrario....

Primo, dado su parecido con "Doc", me encantaría que subieras en el "delorean de regreso al futuro" y viajaras al medievo para visitar a nuestro familiar  sarraceno, bebieras los  barriles del susodicho bálsamo para luego regresar con la cabeza más clara y continuar tus oráculos que con la ayuda de nuestros ancestros serían más certeros que los actuales mejorando tus pronósticos y nuestro futuro a tu lado. 

¡¡Gran deseo!!...

Aunque con la suerte que tenemos, seguro que el bálsamo te produce una sobredosis o eres alérgico extrínseco y te quedas ingresado de por vida en una mazmorra cervantina dejando de ver tus visiones premonitorias y nosotros sin tus  oráculos tranquilizadores. 

Dios no lo quiera, te necesitamos Fernando...

Firmado tu primo Rafa.

* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...