Por un Alicante liberal

Las borriquetas se llenan de carteles. Esa estructura de madera que durante las elecciones se convierte en un elemento más del mobiliario urbano de la ciudad. Las fotos de los candidatos acompañadas de las correspondientes consignas decoran la urbe hasta que algún alma tediosa o intolerante, -como es el caso del Partido Comunista-, arranque o esconda tras su publicidad el resto de propaganda. Solo les importa su jeta, la de los demás, las del resto de políticos, les es indiferente. Que les parta un rayo. 

Otra vez se celebran unos comicios. ¿No querías más? Pues toma dos tazas. Los ciudadanos tienen la posibilidad en estas elecciones municipales y europeas, de reafirmar su voto, o, por el contrario, cambiarlo como consecuencia del arrepentimiento de haber escogido a opciones inútiles y sin recorrido. Arrepentidos, entre los que se encuentran allegados de un servidor, electores que depositaron la papeleta de Vox con ilusión creyendo en el anhelo de los 60 escaños y en el sorpasso a Ciudadanos, que la misma noche electoral me dijeron que tendrían que haber votado a otro partido en lugar de al de Abascal.

Veremos qué actitud tienen los españoles en esta cita con las urnas. Comicios, en los que, en muchas ocasiones, por no decir en todas exceptuando en los pequeños municipios, se vota más por la marca que por el candidato en cuestión. Cabezas de lista, los de Alicante, que son variopintos. Algunos han salvado la cabeza de milagro gracias a una carambola, otros son la cara visible simplemente por su actitud blanda y manejable, y tambien creyentes que tienen plena fe en los milagros pese a saber en sus adentros que no se van a comer un colín. Candidaturas, que, de no ser por Ciudadanos, no tendrían a ninguna mujer como número uno en la lista. Para que luego vayan de feministas… Defensores de la mujer, solo con palabras, pero no con hechos. Se manifiestan el 8 de marzo, pero no ponen a una mujer de candidata o remuneran en menor medida a las mujeres que a los hombres. Solo les importa la foto. Para los problemas de verdad, ya tienen a ÉL hombre para que los ataje con destreza y maestría. Luego quieren reeditar los cuentos infantiles para que la princesa no sea salvada por el valiente caballero o insultan a las dirigentes de Ciudadanos por manifestarse en el día de la mujer. Hipocresía pura y dura. Lo triste, es que eso cala en parte de los votantes. 

Las candidaturas municipales en Alicante, están llenas de paradojas. El PSOE, que va de regenerador, -tambien va de eso cuando su Secretario General se recorre el mundo con el Falcón o enchufa a sus colegas en las instituciones-, escoge a un Director del Teatro Principal, que como han revelado distintos medios de comunicación, podría haber otorgado a dedo varios contratos. Así son. Los que venían a salvar personas solo se han salvado a sí mismos. ¿Se creen que Francesc Sanguino no continuará su modus operandi si llega a la alcaldía? Prepárense para un Echevarrí 2.0. Un candidato sin peso, colocado a dedo por Ángel Franco, para que no le haga sombra y asienta sumisamente a las órdenes que salgan de su voluntad. Porque, aunque en la foto no este él, el verdadero candidato del PSOE es su capo de Alicante. Cabecilla, que vio cómo perdía la alcaldía de manos de Luis Barcala, el candidato del PP, que ha salvado la testa gracias a un golpe de Ley. Su figura estaba en entredicho y en la rampa de salida mientras Carlos Castillo esperaba con paciencia a que la cabeza del actual alcalde callera sobre la cesta para ser él el candidato a estas elecciones. El destino no lo quiso así, y Barcala no solo llegó a la última planta del edificio consistorial, sino que Génova le dio manga ancha para hacer las listas y así guillotinar a todo aquel que le pudiera hacer sombra. Carlos Castillo, Israel Cortés… Vació la candidatura de perfiles políticos carismáticos para rellenarla con caras gestoras o con dirigentes sin relumbrón para erigirse por encima del resto. Ya dije en una ocasión que el modo de actuar de Barcala me recordaba al de Pedro Sánchez, y lo reafirmo. Si el Presidente del Gobierno purgó a todo aquel que no le bailó el agua, el alcalde de Alicante ha hecho lo propio 'ejecutando' a los que no son de su cuerda. Mártires, que no parecen cuajar con la deriva socialdemócrata del alcaldable que quiere restringir el tráfico en parte de la ciudad. Menos mal que es del PP… Luego su homólogo en Madrid critica a Carmena por hacer lo mismo que pretende hacer él aquí. Así está el Partido Popular. No se encuentra. Pretenden gobernar municipios o el país sin saber que son. Un día son de extrema derecha llamando a Abascal por su nombre de pila, y al otro, hacen un amago de centrarse para atacar a Vox con uñas y dientes. La veleta azul.

No son una apuesta integra. Por mucho que diga su publicidad, no son valor seguro. Con palabras, tachan a Ciudadanos de socialdemócrata pero los únicos que han demostrado con hechos que creen en esa corriente política por encima del liberalismo son ellos. Rajoy dijo que iba a llevar a cabo una revolución fiscal y subió los impuestos. Barcala presume de liberal, pero quiere poner coto a la vida de los alicantinos.

Limites, con los que sueñan los señores de la izquierda radical e independentista. Unidas Podemos, que va a dar gracias si consigue tres concejales, y Compromis, ese partido que no deja de demostrar que es creyente de la teoría pancatalanista que aspira a convertir a nuestra región en una extensión de Cataluña, pero que niegan ser secesionistas por activa y por pasiva. No son fiables. Durante toda su gestión en distintos ayuntamientos, han demostrado estar más interesados en cubrir sus propias necesidades, que las de los ciudadanos.

Alicantinos, que solo serán libres y sin ataduras, votando a Ciudadanos, haciendo a Maricarmen Sánchez alcaldesa de nuestra querida ciudad. Somos los únicos que defendemos la libertad del liberalismo de manera real, los únicos que lucharemos por la inclusión social desde medidas reales y no utópicas. Porque liberalismo es progreso, porque si queremos que Alicante avance, la alcaldable de Cs es la mejor para pilotar la locomotora que llevara a nuestra urbe a una nueva etapa.    

* Jorge Brugos es miembro de Ciudadanos Alicante