Cayetana. Política para adultos

Un amigo de Facebook a quien aprecio por sus oportunas y aquilatadas reflexiones me dice:  En Cataluña, “Ciudadanos se ha partido la cara. Y los catalanes constitucionalistas se lo debemos. Cayetana es una ‘crack’, difícilmente igualable por nadie, tiene toda mi simpatía y respeto, así como Alejandro Fernández; pero para que la votemos tiene que currárselo más tiempo en Cataluña; seis meses no bastan. Si ella (y el PP) tienen la constancia suficiente, se lo acabarán ganando; pero todavía no lo han hecho”.

No. No me ha convencido el argumento de mi amigo de Facebook. Si aplicamos esa regla, los españoles en toda España le deberían mucho a Casado por su compromiso con la Constitución (el 155 lo impulsó el PP a pesar de los remilgos iniciales de Rivera); también le debemos mucho a los populares por el alto número de víctimas al hacer frente al terrorismo de ETA en el PV durante 40 largos años. (Rivera quiere exhibir músculo ahora tras soportar un escrache en Rentería en periodo de alto el fuego de la banda criminal. No es lo mismo y es indigno quien pretenda igualar el alarde al martirio de las víctimas).

Cs ni siquiera ha sabido hacerse con la calle. Hubimos de esperar al 8 de octubre del 2017 para comprobar la inmensidad del descontento de los No Nacionalistas y su hartazgo. Nadie les había convocado antes. Tuvieron que esperar a que lo hiciera una plataforma como Sociedad Civil Catalana para evidenciar la fuerza del descontento que Cs nunca consiguió articular ni remotamente antes de esa fecha.

Podrían ustedes argumentarme que hubo acontecimientos que desencadenaron el éxito de convocatoria de la manifestación del 8 de octubre. Sí, los hubo (Referéndum, declaraciones de independencia, atentado en las Ramblas). Pero no es menos cierto que el hartazgo estaba ya allí si nos basamos en el incremento de votos de Cs en Cataluña y que jamás tuvieron voz ni les hicieron visibles más allá de las urnas. ¿Falta de capacidad de movilización? ¿Acción deliberada de no tocar la calle por mostrar una estrategia de moderación a todas luces fallida? ¿Talento desaprovechado dentro del partido en favor de un control ejercido por cuatro interesados en tapar sus carencias? Algún malicioso habla de la tirria de Rivera a las masas y del pánico de sus colaboradores a tener que dar explicaciones fuera de guion a los convocados.

Me quedo con el estilo, el talante, la preparación y la fuerza de Cayetana Álvarez de Toledo. Le habla a la gente sabiendo de lo que habla. Da explicaciones como si se las tuviera que dar a un adulto. El discurso es suyo, son sus conclusiones y su visión que ahora incorpora a un partido que la respalda. No son mantras, no le preparan el ‘relato’, ni los chascarrillos, ni las estadísticas. Se lo trae todo investigado de casa. Cayetana, en menos tiempo, hará más. No lo duden.

* Pilar G. Jáuregui es Socióloga y Consultora de Formación de Empresas