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ANTONIO MANRESA Jueves, 04 de Abril de 2019

Oficina de Turismo: El símbolo

Obras de construcción de la oficina de turismo en el puerto de Alicante.Obras de construcción de la oficina de turismo en el puerto de Alicante.

Estamos a final de legislatura, quedan tres semanas para generales y autonómicas, y dos meses para europeas y municipales. Desde mi punto de vista es conveniente ir haciendo un resumen de este periodo, de un mandato municipal cuando menos convulso.

 

Del extripartito, he escrito y he dicho todo aquello que todo el mundo tiene ya tiene claro: fueron un bluf político, su acuerdo programático nunca lo llevaron a cabo, existió un egoísmo partidista por parte de los tres componentes, PSOE; Compromís y Guanyar... recordemos que había tres jefes de prensa, tres alcaldes, tres conceptos de ciudad. Bueno, en esto podemos llegar a decir que nunca hubo ninguna idea de ciudad. Acabó como acabó, se fue deshaciendo poco a poco por la incapacidad entre ellos de solucionar sus problemas.

 

Claro que esto nos llevo a todos a preguntarnos, ¿si no se ponen de acuerdo entre ellos como van a gobernar la ciudad?, ¿si no pueden llegar a acuerdos cómo lo van a hacer con los distintos colectivos sociales? Algún ejemplo vimos, recordemos la Plaza de la Justicia, se nos dijo que se había hablado con todos los vecinos y solo fue con la asociación afín. El Plan Ciudad, del cual todavía hay mucho que explicar, o el túnel submarino de la Explanada con el fin de presentar un proyecto sin que ni siquiera fuera consultado por Gabriel Echávarri a sus socios... todo esto, ocurrencia tras ocurrencia. Esto fue el extripartito.

 

Luego tuvimos un breve pero intenso, dicho irónicamente, mini-gobierno de seis concejales del PSOE, ahora, pasado un tiempo, da la impresión de que se dedicó más a intentar retener la Alcaldía que a gobernar, porque seis concejales debían asumir las competencias de los anteriores quince: esto simplemente fue insostenible no solo por la saturación de responsabilidades, si no por lo anteriormente comentado, intentar retener la Alcaldía, misión imposible y de efectos desastrosos dentro de esa formación política como ya sabemos todos.

 

Y ahora tenemos al gobierno del PP, igual de mini gobierno que los socialistas, pero estos con una sola idea, no hacer nada, no aportar nada novedoso a su gestión, dejar pasar el tiempo para que lleguen sin sobresaltos a las elecciones. ¿Olvidan que la memoria existe? Si su acceso al poder está envuelto en una niebla constante (el apoyo de una edil tránsfuga), su gestión de gobierno es inexistente, además de copiar iniciativas como el distrito digital que se ha sacado de la manga Luis Barcala cuando la Generalitat, Ximo Puig, ya está gestionando desde hace meses una idea similar.

 

Gestión inexistente ¿por qué? Primero porque había una restricción presupuestaria, ese era el plan de ajuste y cuando salimos del mismo, los tiempos y la ley de publicidad institucional de la Comunidad Valenciana le impide cualquier tentación electoralista de corte de cinta a destiempo.

 

Todas estas situaciones tienen un reflejo, tiene un símbolo que refleja perfectamente todo lo acontecido, y que además su final está directamente relacionado con la legislatura convulsa. Primero permítanme que recoja la definición de lo que es un símbolo: la representación perceptible de una idea, con rasgos asociados por una convención socialmente aceptada o, también, elemento u objeto material que por convención o asociación se considera representativo de una entidad, de una idea, de una cierta condición. Ejemplo, la bandera es un símbolo de la patria, la paloma es un símbolo de la paz.

 

El símbolo de esta época 2015-2019 es la Oficina de Información Turística en el paseo del Puerto, financiado por la Generalitat con 700.000 euros. Se dan cuenta un año tarde de que destroza toda la visual entre el puerto y la fachada marítima de la ciudad... y ahora, casi finalizadas las obras, se plantean su traslado. Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio. Este asunto es el que mejor representa toda esta montaña rusa de indecisiones, de vacuos enfrentamientos, de quiero y no puedo, de decisiones erróneas, de mala planificación, de falta de ideas, del y tú más y de todo aquello que queremos dejar atrás. Debemos mostrar que hay una nueva forma de mirar al futuro, con profesionalidad, con diligencia, con transparencia, sin estridencias, con empatía y con una idea fija, el bienestar de nuestros conciudadanos en Alicante, la comunidad, la nación.

 

* Antonio Manresa es portavoz adjunto de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Alicante

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