Del Sábado, 04 de Octubre de 2025 al Jueves, 30 de Octubre de 2025
La izquierda 'fake'
Manifestación independentista catalana en Madrid.Los que me conocen, saben que soy un hombre profundamente místico y religioso. Incluso algunos de mis colegas de partido bromean con organizar una jornada de tardeo por Castaños con el sacerdote que escucha mis pesares para consolar mi alma. Un santo al que le tengo especial devoción fundamenta sus enseñanzas en la unidad de vida, en la coherencia física e interior, a que no exista ningún tipo de discordancia entre las palabras y los actos. Quizá por eso odie las incoherencias. Hay pocas cosas que me irriten más que la carencia de sensatez y congruencia. Por eso no aguanto a los partidos que dicen representar a la izquierda de este país.
Adentrados en una crisis existencial diciendo que son la izquierda por atribuirse alguna etiqueta y no quedar como lo que son, una mera marca electoral concebida para ganar votos y elecciones, aunque sea cocinando encuestas con el fin de manipular a la población. Los presuntos izquierdistas, que la semana pasada, voy a ser franco, -me refiero a que voy a decir las cosas claras, no quiero hacer referencia al dictador, no se pongan nerviosos-, me tensaron en exceso. Hasta tal punto, que nada más terminar la manifestación de los independentistas en Madrid y al ver que el PSOE y Podemos no habrían la boca, saqué mi teléfono móvil y grabé una historia en Instagram manifestando con pelos y señales mi malestar. Dolor, e incredulidad, porque me resultó indignante que los mismos que nos tacharon a los que nos manifestamos en Alsasua a favor de las víctimas del terrorismo de ETA de provocadores, al salir a las calles de Madrid el secesionismo catalán, permanecieran en silencio por miedo seguramente a que los nacionalistas no apoyen al futuro gobierno de Sánchez. Ponen el grito en el cielo porque se organice un acto por los inocentes que perecieron en las manos de unos asesinos, y callan cuando el gentío soberanista catalán viene a Madrid a clamar porque España sea una verdadera democracia. Me recuerda a cuando Quim Torra se presentó en el Palacio de la Moncloa con el lazo amarillo y el Presidente de Gobierno le dio un fuerte apretón de manos y dos palmaditas en la espalda. El secesionismo manda, España obedece. Las instituciones de Sánchez permanecen impasibles ante los secesionistas, pero abronca a los constitucionalistas que gritamos por la libertad y la democracia del mismo modo que Dani Mateo y el gran Wyoming se meten con los católicos sin hacer una sola broma sobre los musulmanes. A lo mejor es porque no quieren que les ocurra lo mismo que le pasó a Charle Hebdo.
El izquierdismo hipotético, -más adelante verán porque añado este apellido-, es consciente, que la verdadera moderación, a excepción de Vox, reside en aquellos a quienes estos denominan fascistas. “Extremistas son los que apoyan a los terroristas”, son palabras de uno de los flamantes fichajes de Vox, el General Fulgencio Coll. Partido por el que no siento ningún tipo de simpatía, pero que, en esta cita, su dirigente tiene más razón que un santo. Pese a que la formación de Santiago Abascal no es ejemplo de sosiego, lo cierto es que la hipotética izquierda tampoco puede dar lecciones de centralidad. La ideología que se intenta adueñar de términos como la democracia, libertad e igualdad no hace más que banalizar dichas definiciones con sus actos. Los que presumen de demócratas, compadrean con aquellos que instauraron una constitución catalana con escasos derechos civiles y con unas libertades restringidas o blanquean a un Carles Puigdemont que muestra su admiración por Rusia, un país donde ser homosexual se condena con la cárcel. Eso sí que es una democracia, ¿verdad? También, enarbolan la libertad a la par que brindan con Otegi o pactan con EH Bildu para concurrir de la mano en las elecciones generales, al igual que se apiadan de los violadores y asesinos que tendrían que pasar toda su existencia entre rejas. A lo mejor por eso Juan José Cortes está en el Partido Popular y no en el PSOE… La verdadera libertad reside en que los españoles podamos vivir seguros sin estar acechados por el miedo. Temor también el que nos despierta el que nuestra democracia se vea violentada por los que hicieron Presidente del Gobierno a Pedro Sánchez.
Ya es hora de que les digan la verdad. Ni Sánchez, ni Iglesias, ni Rufián son la izquierda. Por mucho que el PSOE se empeñe en decorar su campaña con el eslogan de “Somos la izquierda”, no son, ni serán socialistas. La verdadera izquierda, es Manuel Valls, el exprimer ministro francés, que abandonó Francia, para luchar contra el terror de los que quieren convertir a Cataluña en un Estado supremacista, donde se coarten las libertades. Eso es ser de izquierdas, luchar por la libertad y por la democracia, no abrazarse con asesinos o utilizar las instituciones para el beneficio propio.













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