Día Miércoles, 01 de Octubre de 2025
Yo soy Yo

Querido Pedro; Pedro I el Guapo. Que gran "dotor" eres, bastante chafardero si se rasca en profundidad pero que bien quedas en televisión.
Todo lo sabes, de todo hablas y opinas, escribes y te escriben. Adán a tu lado era un iluso, a pesar de ser cierto que antes de él solo existiera Dios. Tu piensas que hasta tu llegada, nada ha existido que tenga cierta relevancia. Estás en todas las ensaladas por designio de la divina democracia que te ampara, protege y te ha designado como el elegido, el nuevo mesías de España, que tiene que cambiar a tu imagen, desalojando a los trifalos de la derechona franquista, que cuarenta años después siguen vivos amenazándonos con sus penes colgaderos al aire, según piensas, nos dices y nos avisas para nuestro bien contra la testosterona franquista.
Una de tus capacidades más mediática y que explotas con efectividad es la de "milhombres", superhéroe inveterado. Me refiero a tu apariencia de fuerza, de efectividad, de altura de pívot, de arrogancia bienintencionada, de honestidad pero con fondo endeble y vacío y mirada torticera.
Como eres un "romancero", tus historias son largas, repetitivas y retóricas y de veracidad incierta, siempre con el compendio de dicotomías que solo sirven para separar y nunca para unir; derechona versus progerío. Reino versus república. Empresario versus trabajador. Mujer versus hombre. Innovación versus tradición. Religión versus ateísmo. Heterosexualidad versus pansexualidad.
Todo lo feminizas, manejas el lenguaje; a los testículos, los llamas cojonas y así vamos a tu lado con algo de miedo cuando me da el pálpito que eres feminista en tus formas y no en tus adentros, como muchos otros de tu generación sin ir más lejos.
La suerte que tienes, es que tus contrincantes políticos y tu mismo partido, están llenos de apardalados y eso te ha permitido revivir después de tu defenestración partidista y pasar a la acción para diseñar la futura noche de los cuchillos largos y volver a centralizar a tus federaciones bajo tu mano dura mientras con la boca pequeña, nos hablas a los demás de las bonanzas de la autonomía y tú imperializas a tu propio partido. Soy lo que hago, no lo que digo.
Tu capacidad de ser un "ensuciacenas" te ha permitido aliarte hasta con el diablo, como te fue preciso para presidirnos. Tu sacrificio ha sido por nuestro bien, claro está, lo sabemos, no te aflijas. No nos damos cuenta de lo que te gusta presidirnos. A veces pienso qué será de ti cuando dejes de ser presidente...
Uno de tus máximos miedos es que dejen de hablar de ti. Oscar Wilde ya nos lo dijo; "Lo único peor de que hablen de ti es que no hablen de ti" y esta aseveración te persigue día y noche y a veces en tus pesadillas que estoy seguro habrán comenzado a padecer, a pesar de haber cambiado el colchón de Mariano como primera medida de estado.
Tu que defiendes la igualdad de todas las razas, que mal llevas la diferencia de ideas, de opiniones e ideologías. En el pensamiento único solo hay una voz verdadera y solo eres capaz de escucharte a ti mismo. La vara de medir, es tan distinta antes que hoy, que casi has olvidado para que servía. Desde que te conozco, me has aclarado enigmas que antes no entendía. He aprendido que no es lo mismo el pedro presidente que el pedro ciudadano, que lo que se dijo de una forma no te obliga en otra. He entendido el enigma de la Santísima Trinidad; Pedro, mil personas en un mismo cuerpo de presidente con mil opiniones distintas expresadas pero olvidadas cuando es preciso.
Como sabes embadurnar tu imagen de arrogancia, condescendencia y superioridad. Coma viajas en los aviones, como entras sonriente y con parsimonia en las ruedas de prensa, como cambias los micrófonos a tu altura. Que natural parece todo, con tu voz clara de discurso aparentemente dócil y apacible pero machacón y repetitivo, violento contra terceros. Aparentemente, vas de figamolla por la vida, de suavecito, pero es un espejismo, porque eres duro y peligroso con los que consideras que están en tu contra. Como nos explicas tantas veces, estás por encima de la ley, como tus designios son más importantes que la propia democracia, como sabes tu con poderosa claridad lo que nos conviene al resto.
De ahí viene tu costumbre de señalar a todos los que se confunden, se equivocan y para hacerlo, los denigras, y que difícil es que tu admitas alguna culpa, algún error, todos los fallos, han sido de terceros, de otros.
Que bien manejas los hechos, como los interpretas a posteriori según tu definido guion, pareciera que has pensado en todas las posibilidades y probabilidades y en lugar de eso, eres un fantástico improvisador. Con que naturalidad reinterpretas todo para tu provecho, eres admirable, hábil, rápido.
Por eso hay frases que las has elevado a la máxima actualidad, haced lo que digo y no lo que hago, te define claramente.
Lo que eres es un "panzacontento", un "pisacharcos" elegido Presidente. Eres Pedro, Pedro I el Guapo, el presidente que quiso ser rey. Yo soy Yo contestarías sin duda al puro estilo Rey Sol.
* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...
Encarni | Miércoles, 06 de Marzo de 2019 a las 09:20:55 horas
Está muy bien hacer críticas siempre y cuando sean constructivas. Uno no tiene culpa de ser guapo, más de uno quisiera! Pero si hablamos de varas de medir, por qué no usar nuestro ingenio para desenmascarar a todo aquel que miente sin piedad, que no conoce la verguenza, que no tiene memoria, que es prepotente... Empléate a fondo, en el ámbito de la política, tienes un gran campo de trabajo :)
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