El futuro que queremos

Es una evidencia que el pasado sigue estando en el presente y condiciona el futuro. Ejemplos hay muchos, y pondré el conflicto del taxi, donde concesiones del pasado impiden nuevos negocios del futuro. En política está pasando exactamente lo mismo, el pasado, el bipartidismo imperfecto, ese que pactó con los actuales supremacistas, está impidiendo el gobierno de futuro: cuando digo de futuro, me refiero a un gobierno de constitucionalistas.

¿Quiénes son los constitucionalistas? Desde mi punto de vista, primera premisa, aquellos que creen y defienden la Constitución, eso no significa que sea inamovible, pero sí que acatan y respetan, y cualquier cambio que se quiera hacer será siempre a través de los mecanismos marcados a través de la norma suprema. Segunda premisa, importante, no pactar con aquellos que no acatan ni respetan nuestra Constitución. Esta segunda premisa, en el pasado y en el presente, nunca se ha cumplido y es hora de que se empiece a cumplir.

Soy de la teoría entre otros muchos, por ejemplo Manuel Valls, que estamos pagando un precio muy alto por haber aceptado votos para acceder al poder de los antes llamados nacionalistas y hoy, con la careta quitada, golpistas, supremacistas, racistas y fascistas de la vieja escuela, esa de los años veinte en adelante. Y hoy, un partido, con figuras que han cambiado este país de manera importante, hasta tal punto que se enfrentó a sus propias creencias para poner a España en el mundo, recordemos lo de la "OTAN", que solo busca su propio beneficio, particular y partidista. Me refiero a Pedro Sánchez, no a otros socialistas, espantados como están por todo lo que se ha desatado en los últimos días, "relator" incluido.

Creo que todos aquellos que defendemos nuestro Estado de Derecho, reconociendo que tiene imperfecciones, debemos solucionarlas: que la democracia, aún siendo imperfecta, es el mejor de los sistemas políticos; y además defendemos unos valores de tolerancia que nos unen. El futuro se mueve, y las teorías políticas también, quizás ha llegado el tiempo de pactos, de cooperación entre similares y que éste sea el nuevo signo diferencial de la nueva política. Unas ideologías han ganado y otras han perdido, el muro de Berlín cayó hace casi tres décadas, fue la muestra física de esa caída de una de las ideologías que han partido el mundo en dos. Desde entonces, vemos que la llamada izquierda anda desnortada, buscando banderas para mantenerse viva pero la realidad es muy tozuda, y el espejo demoledor.

Estamos en el 2019, los rivales se pueden unir en un momento determinado para salir de una situación endiablada, la situación endiablada a la que me refiero es el pacto anti-natura que el PSOE mantiene con golpistas y otros partidos que no creen en esos valores constitucionalistas. Se descarta, por parte de ese partido, como un dogma de fe, cualquier posible coalición con aquellos que sí creen en España y en su Constitución, esos que tiene una visión de conjunto , aún con sus diferencias. La irrupción de un partido populista de derecha no facilita la normalidad política. He de decir que esa normalidad no existe desde el 2015, cuando se incubó un partido populista de izquierda, que hoy se deshace como un azucarillo por la absenta. Estos dos partidos tiene mucho en común, hablan en nombre del pueblo en su conjunto, por lo tanto niegan la pluralidad de opiniones, y presumen de tener la solución a todos los problemas, es decir a un paso del autoritarismo visionario. Si me permiten son las dos caras de una misma moneda, ejemplo: uno de ellos no cree en España y le produce urticaria nombrarla, y el otro utiliza un supremacismo rancio cuando habla de España.

Estamos en un momento donde ya no hay dos partidos dominantes, donde las mayorías absolutas ya no van a volver, donde las ideologías no imperan y sí los derechos adquiridos... y quien sabe si los nuevos que están por llegar. Desde mi punto de vista solo hay tres partidos que tienen mucho en común, y que esos tres partidos equivalen casi al 70% del electorado como mínimo, me refiero a Ciudadanos, PP y PSOE.

En mayo, no solo Alicante si no España, va a vivir un momento histórico, no dejemos por una visión egoísta de hacer algo grande entre todos, sin "cordones", sin muros , solo entre los parecidos. Me preguntarán que PP y PSOE tienen poco en común, les responderé que más de lo que piensan, no olviden que en lo esencial llegan a acuerdos, y si lo hacen en lo esencial, por qué no lo van a hacer en un acuerdo más amplio donde nosotros haríamos de árbitros de estas posturas: quien de verdad saldría ganando, siempre, sería la ciudadanía.

Ya sé que es una teoría difícil, pero no imposible, y es en estos momentos cuando se necesitan políticos valientes, sin complejos , grandes estadistas. Creer en nosotros es lo que nos hará fuertes, hoy somos pero débiles. Pedimos para estos momentos altura de miras, dejarse de partidismos y ver el conjunto, conformar la gran coalición, como en Alemania, con Kohl y Schroeder, que se dieron cuenta del momento histórico que estaban viviendo. Este es el futuro que queremos, el de los tres grandes partidos unidos, el de gran coalición, Ciudadanos, PP y PSOE (no el PSOE de Pedro Sánchez) para mejorar la vida de nuestros conciudadanos y hacer más grande a España.

* Antonio Manresa es portavoz adjunto del Grupo Municipal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Alicante.