Día Miércoles, 01 de Octubre de 2025
Matrix nunca existió ni existirá

Oigan ustedes, todo viene de lejos y lo que es, es y siempre será. Son los designios de nuestro propio ser, al que no se puede renunciar por mucho que se cacaree; la humanidad es la humanidad, nadie está libre de defectos y todos lo sabemos, aunque de forma insistente nadie lo reconozca.
Podemos no podía ser una excepción, aunque ellos pensaran que lo eran; ilusos. Se creyeron mejor que el resto, el resto para ellos era todo lo que no fuera ellos mismos y eran corruptos y contaminados mientras que ellos eran santos y justos, socialmente bondadosos y desinteresados. La realidad era diferente del cuento; son personas jóvenes e inmaduras que rechazan sin sentido todo lo que no sea ellos mismos y que han llegado a la vida política y han empezado a mejorar, a sentirse calientes en sus nuevas casas, con sus relaciones más estables, a estar realizados, a olvidar el submundo al que una vez pertenecieron. Han empezado a corromperse, a tener cosas que perder, a pensar en ellos mismos en primer lugar olvidando a la gente a la que pertenecieron una vez.
Los ciudadanos tenemos lo que nos merecemos y los partidos son las personas que los forman, con sus cualidades y defectos y no entes etéreos que buscan la bondad infinita, la justicia equidistante y la verdad verdadera. Lo digo por si alguno de ustedes no se ha dado cuenta a estas alturas del cuento.
El movimiento podemita está formado por muchas micropartes, lo de Frankenstein tiene sentido; anticapitalistas, viejos comunistas, algún socilademócrata revenido, universitarios con temblores por si trabajan alguna vez, profesores universitarios implacables y defensores del pensamiento único, grupos de orientación sexual alterna, feministas, ateos belicosos, políticos en paro antiguos, activistas callejeros, arribista chávicos, deudores, artistas y actores, listos oportunistas unificados todos ellos por la pobreza y por la rabia contra la derecha que encarna todos los males de la humanidad. Mientras se profesa una Fe ciega en el progrerio y en la zurdera miope al uso con amnesia histórica del fracasado comunismo.
Este cuerpo mal articulado, inició su vida por los vientos del espíritu de la Plaza del Sol que expresó el agotamiento general ante el caradurismo político reinante para poco a poco y con poco tiempo, solo cinco años, terminar pareciéndose mucho a los políticos que criticaban al principio.
Los podemitas se han expresado por encima de la ordenación política habitual, donde la democracia representativa no llega. Ellos han calado en la a calle; el escrache, la descalificación fácil, el insulto, el control de los bulos en redes sociales.
Pareciera que la organización podemita mandara en una democracia directa, asamblearia, donde se escucha a todos pero la realidad es bien distinta; un lider ha ido imponiendo sus decisiones al estilo del caudillo que tanto critican, eliminando a todo aquel que no seguía sus designios amparado en las normas del partido. Este caudillo se ha transformado también en obispo, en catedral, en iglesia de la pureza del dogma verdadero. Ha organizado purgas internas de todo dirigente que se atreviera a afrentarlo.
La realidad es que, dentro del grupo, empieza a reinar el descontento. Están en descomposición efervescente con mal final en la lontananza. Las partes están empezando a estar incómodas y todas barruntan la única solución posible con dilemas evidentes; dejar de formar parte de este entramado político olvidando el disfrute del estatus conseguido o finalmente, la solución más temida; eliminar al César, al boss, al jefe. En esas están estos muchachos. La historia ha pasado tantas veces por este dilema, la literatura, el teatro, las películas han reflejado con veracidad este final con resultados siempre sangrantes que me enternezco al constatar cómo han madurado, cómo se han hecho cada vez más de derechas.
En el fondo, me dan algo de lástima estos chicos. Que pronto han pasado del dogmatismo teórico al vil pragmatismo. En fin, son como nosotros, como todos, al principio lo dije. No eran tan santos, bienvenidos al mundo real, ya era hora de que saliérais de Matrix. Matrix nunca existió ni existirá queridos muchachos.
* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...
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