Antifascistas autoritarios

Mi profesor de filosofía en el instituto, siempre ponía un ejemplo en el que representaba a un individuo que se ataviaba unas gafas con las lentes de distinto color en función de la tonalidad en la que quería percibir su existencia. Cuando se ponía las rojas, todo lo veía con pigmentos rojizos, cuando cambiaba esas lentes y se protegía los ojos con unos cristales verdes, su mundo se transformaba en una realidad verduzca como la naturaleza. 

Tengo la sensación, o al menos eso es lo que percibo, que Pablo Iglesias ve las mismas cosas de distinta forma cuando le conviene políticamente. El otro día, cuando el líder de Podemos apeló a movilizarse contra el fascismo, me entró la risa. Lo sé, casi siempre señalo que las acciones de los progresistas españoles me producen carcajadas. Pero es que son tan incoherentes… Al mismo tiempo que sacan músculo contra el nacionalismo de VOX, se abrazan con Oriol Junqueras, Gabriel Rufián y Quim Torra. Cayendo en su ya habitual relativismo moral e ideológico, compadrean con los que enarbolan la estelada para tapar sus trapos sucios mientras demonizan al que hace lo mismo con la bandera de España. Parece que no tienen miedo a las banderas, quizá no es que no compartan las campañas de los signos indentitiarios, sino que lo que les repelen es la rojigualda. Si unos políticos cuelgan esteladas en el balcón apelando a la independencia y exaltando a su Republica catalana, son demócrata, si, un español adorna su balcón con una enseña española, es un facha. Ya lo he manifestado muchas veces, es hora de que digan la verdad, de que expresen su asco hacia la bandera española, esa que aceptó religiosamente Santiago Carrillo y que ahora ustedes quieren quemar. 

El nacionalismo, siempre se tiene que combatir. No hay unos más blandos que otros. Como dijo Mario Vargas Llosa, “El nacionalismo es el enemigo principal del progreso”. Ese desarrollo, que ustedes, como presuntos progresistas que son, deberían buscar. ¿O no se acuerdan de aquel Gobierno progresista que invocaban hace no tanto tiempo? Una formación que apoya al independentismo catalán es de todo menos progresista. Como recoge una noticia de un medio de comunicación, el señor Iglesias pretenden aunar fuerzas con las siglas soberanistas para derrotar al fascismo de VOX. Se unen con los nacionalistas para derrotar al nacionalismo, muy inteligente. ¿Cómo pretenden derribar al fascismo si se alían con él? No quiere vencer al termino en sí, no desean hacer desaparecer esa palabra de nuestro panorama político, solo ansían cargarse al único nacionalismo que no es de su cuerda, el de VOX. Ese que no quiere destruir España, como su colega Puigdemont, sino sobreprotegerla. 

Si de verdad les escandalizasen los fascismos, no estaría del lado de los que quieren romper España, sino de los que pretenden hacer a España un país unido y globalizado. Como dice esa frase que erróneamente se le suele atribuir a Wiston Churchill, pero que en realidad fue pronunciada en 1937 por el senador estadounidense Huey Long, “Los fascistas del futuro se llamarán a sí mismos antifascistas”. Los podemitas van de tolerantes y pacíficos al mismo tiempo que organizan marchas para protestar por los 12 escaños cosechados por VOX en las elecciones andaluzas y agreden a periodistas de Canal Sur o queman contenedores. Ejemplo de congruencia como siempre. Los que gritan consignas del tipo “Arderéis como en el 36” u “Ortega Lara, de vuelta al zulo”, dan consejos sobre democracia y respeto. 

No disimulan. Con esas consignas contra Ortega Lara demuestran con quien andan, de qué lado están. Se hacen fotos con Otegui y se ríen de sus víctimas. Porque no cabe olvidar, al margen de las siglas, que Lara, pese a que sea dirigente de la formación de Santiago Abascal, es un héroe, un inocente, que, como cientos de españoles, fueron maltratados y represaliados por ETA. Esos asesinos que ahora reciben el apoyo de Pablo Iglesias y de sus discípulos. Fieles que se indignan por ver que al líder de VOX le hacen una entrevista en televisión, pero aplauden cuando un etarra es escuchado por Jordi Evole. Tolerantes, pero depende de con quién. 

A mí tampoco me agrada VOX, considero que utiliza la misma estrategia que los nacionalistas catalanes, esconde con la bandera española su carencia de ideas. Pero, como ciudadanos de un Estado democrático de Derecho, debemos respetar a todas las siglas por mucho que no compartamos su ideología. Partidos con derecho a presentarse a unas elecciones y a darse a conocer a la ciudadanía. Es lo que tiene vivir en un país democrático y no en una dictadura como Venezuela. Cosas de la Constitución de 1978, esa carta magna que ustedes quieren cargarse