Maldito refranero (1)

¡Qué divertido y entretenido era jalear y vocear en las calles a los malditos españolazos y españolazas con sus trapos rojigualdas! ¡Qué gozada, de movimiento, qué algarabía! ¡Cómo lo pasemos y lo que disfrutemos! Era ver las caras de pavor de Policía Nacional y Guarcia Civil, la mirada complaciente de los mossos, y echarse unas risas. ¡Vaya momenticos y raticos que echamos! La Constitución, el Estado y sus leyes nos las pasamos por el forro y después nos fumamos un puro. Cohiba a poder ser. ¡Somos una nación que nuestros valientes líderes llevarán a la independencia soñada! La creme de la creme catalana. El salón de banquetes de Asgard, El Valhalla de hidromiel eterna.

Sí, es cierto, algunos han tenido que salir corriendo, no por cobardía, sino porque desde la distancia se gobierna mejor. De paso, sacan a la luz la esclavitud represiva a la que nos somete un país al que ni pertenecemos ni lo hemos hecho nunca. Y, hombre, tendrán que vivir conforme a la dignidad que les rodea y se merecen ¡qué paguen los malditos españoles responsables de nuestros males! Si hace falta hacemos colectas (crowdfunding) que sus sacrificados cuerpos y mentes merecen eso y mucho más.

La Historia nos avala aunque nos la hayan contado siempre torcida, cambiada para hacernos creer falsedades de nuestros orígenes. Gracias a Dios, su profeta Más y el resto de apóstoles, algunos valientes catedráticos universitarios, de instituto y hasta profesores de primaria, han desvelado la realidad y la inculcan a sus alumnos. ¿Pues no se atreven esos rancios feixistas españoles a acusarnos de adoctrinamiento? De eso nada, es la verdad absoluta, la realidad oculta tanto tiempo que asoma su cabeza y debe ser conocida y acatada por los aún no creyentes.

Desde el origen del Imperio Romano, capital Tarraco, el Romul y el Remo con la lloba, el nacimiento de Juliol César en el Baix Ampurdá, pasando por la catalanidad de Suevos, Vandalos, Alanos, Godos y Visigodos. Boabdil, nombre que los españolistas pusieron a Bonisfasi, natural de Lleida y Don Pelayo, llamado realmente, Pere el Yayo de la misma Badalona. Colón, Servantes, el Françes de Quevedo, Joana la Bocha y la Agustina, falsamente, de Aragón siendo de Gerona centro.

¿Y la pela? Para mear y no echar gota. Siendo una potencia mundial para qué queremos UE, OTAN y ONU. Nos van a pedir de rodillas, a rogar, que lideremos estos grupos. Sin nosotros no son nada y, como el Juliol Eclesias, lo saben. ¿Qué sería del mundo sin la mayor aportación que nuestra civilización, nuestro imperio, ha parido? El fuet. ¿qué sería de todos sin el mini salchichón y la imitación al champagne? Necios insensatos.

Nuestra lengua fue, sin duda alguna, la de la Creación, la que ordenó el Universo tal como lo conocemos. Y se ha mantenido neta, pura, inmaculada mientras el resto sufrían la maldición de Babel. Valencianos –hermanos pequeños, ingenuos, dóciles– y baleares van por buen camino admirando nuestro comportamiento, nuestro ejemplo. Inocentes pardillos.

Un buen día bombero, médico, estudiante y mosso (y otros) que tan altaneramente así pensaban, se dan el porrazo de su vida y caen, como Saulo, del caballo. Les deslumbra y ciega la luz de la realidad. El dinero destinado a sanidad, incluso la paga de los facultativos catalanoparlantes, se ha gastado en falsas embajadas y pseudo embajadores generosamente retribuidos. Adeptos, y familiares, del régimen que desde atalayas deportivas (véase Che Pep) y altavoces mediáticos lo consumen a manos llenas. Mientras hordas de pacientes se hacinan en los pasillos, los médicos tienen diez segundos para atenderlos y casi les toca pagar por hacer guardias.

Los bomberos llevan la ropa de casa, su equipo más que obsoleto es arcaico y sus familias están desprotegidas ante sus más que probables accidentes. Pero claro, pueden apagar fuegos y rescatar gatos de los árboles en catalán, ancestral y útil reivindicación, que no es poco. Los estudiantes ya no pueden soportar más recortes, el dinero se ha ido en manutención, mansiones y fanfarria nacionalista. Adiós a la pancatalanidad.

Los mossos, antes indolentes frente a manifas que no iban con ellos, ahora cargan y se emplean a fondo, cuando no se manifiestan también. Se desvanece el sueño de la sardana mundial dirigida desde el Montjuic.

Maldito refranero. En el pecado llevas la penitencia; cria cuervos y te sacarán los ojos (y también tendrás más); quien con niños se acuesta meado se levanta; cuando un tonto coge una vela, la vela se apaga y el tonto queda. ¿O es que esperabais que para vosotros las leyes de la probabilidad fueran canceladas por el amor (2)? Ese que no os tienen, que nunca os han tenido.

¿De verdad mossos, bomberos, médicos y estudiantes creían que sus dirigentes pensaban en alguien más que en sí mismos? En algo más que en su bienestar, en otra cosa que no fuera mantenerse en el candelabro (próximamente admitido por la RAE) por encima de creencias, ideologías o promesas. En el futuro y prosperidad de sus seguidores. ¿Quién es el ingenuo?

«Primero se llevaron a los judíos,

pero como yo no era judío, no me importó.

Después se llevaron a los comunistas,

pero como yo no era comunista, tampoco me importó.

Luego se llevaron a los obreros,

pero como yo no era obrero, tampoco me importó.

Mas tarde se llevaron a los intelectuales,

pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.

Después siguieron con los curas,

pero como yo no era cura, tampoco me importó.

Ahora vienen por mi, pero es demasiado tarde.» (3)

De repente llega el invierno, todos sienten frío y los manteros no arropan a pesar de su nombre. Comerciantes, hosteleros, funcionarios, obreros y demás, se giran y sólo les sigue su sombra. De noche ni esa compañía queda. Ya es tarde (¿o no?), no queda en quién apoyarse. Destruir lo hace cualquiera, construir es más complicado y laborioso. Se le ha hecho el caldo gordo a una caterva de incapaces que desde púlpitos locales, autonómicos, estatales o internacionales sólo tienen un dios regente. Su ego.

(1) Le decía D. Quijote a Sancho “Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todas son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas"

(2) Excalibur.- Merlín le dice a Arturo esta frase cuando le pide consejo sobre casarse con Ginebra.

(3) Herr Bretch. (1898-1956)