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JORGE BRUGOS Jueves, 29 de Noviembre de 2018

Personas inhumanas

La sonrisa que Francis Mojica llevaba puesta durante toda la mañana, se tornó en un gesto serio y preocupado. El descubridor del método CRISPR, herramienta de modificación genética descubierta por el profesor de la Universidad de Alicante en una laguna de Santa Pola, se sentía orgulloso de su hallazgo, de esa técnica que iba a revolucionar la medicina aumentando el abanico de formas de curar enfermedades, pero un temor le quitaba el sueño por las noches. El padre de CRISPR, me hizo su mayor confesión. Le preocupaba la posibilidad de que su revelación cayera en malas manos, de que la herramienta ayudara a las mentes más perversas a crear a seres jamás vistos. Humanos modificados genéticamente, súper hombres inmunes e invencibles que superarían en todas las facetas a los humanos corrientes. 

 

Aquella confesión, se dio en 2016. Cuando su descubrimiento estaba todavía en pañales y su hallazgo no tenía tanto relumbrón para la gente de a pie. Hoy, dos años después, la mayor fobia de Mojica, se ha hecho realidad. Una mente retorcida capaz de violentar todos los principios y líneas rojas impuestas por la comunidad científica, ha modificado genéticamente los embriones de dos gemelas para hacerlas inmunes al virus del sida. El participe, el científico chino He Jiankiu. La fobia de mi amigo Francis, está más cerca de ser un hecho. Solo hacía falta que un científico loco se saltará las directrices y se tomará las normas al libre albedrio para que otras cabezas iluminadas por la vanidad jueguen a ser Dios. Mofarse de la creación e intentar mejorar al ser humano, eliminar las taras genéticas que presuntamente tenemos, para hacernos más fuertes y resistentes.

 

Vicios de nuestra naturaleza, que siempre se han buscado solventar. Ya en el siglo XIX, Francis Galton impulsó una corriente bautizada como eugenesia, que apelaba por la mejora de los rasgos humanos. Después, Adolf Hitler, adoptó parte de la tesis eugenista acuñada por Galton para aupar distintas investigaciones que buscaban la evolución de los seres humanos. El Führer ansiaba hacer realidad el mito de que la raza aria era superior. Soñaba con engendrar súper soldados que le ayudaran a dominar el mundo. El ocultismo nazi ya aspiraba a conseguir lo que en nuestro tiempo ha cosechado He Jiankiu. Si Hitler levanta la cabeza… Que Dios nos pille confesados. 

 

Debemos dar gracias de que actualmente, pese a que los medios intenten crear déspotas sanguinarios de la nada, no haya ninguna nación gobernada por un psicópata. Esperemos que a Bolsonora, recién proclamado Presidente de Brasil y líder de extrema derecha, no se le crucen los cables… No me cabe duda de que Quim Torra utilizaría la técnica aplicada por el científico chino para eliminar las 'taras congénitas' que tenemos los españoles ¿Se acuerdan de esa famosa columna en la que decía que éramos “bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el ADN”? Para nuestro alivio, en palabras de Groucho Marx, “la historia se repite, primero como tragedia, después como farsa”. Torra es un Hitler, pero una versión más cutre y patética como si hubiera salido de la película El gran dictador. 

 

 Debemos estar serenos, dentro del miedo que despierta, y a mí el primero, el hecho de que se haya traspasado la línea de la moralidad y de las leyes de la ciencia. No podemos ignorar que existe la posibilidad, aunque remota, de que la creación de seres humanos mejorados genéticamente sea una realidad a medio-largo plazo. Porque como señala el biólogo español Lluis Montoliu, con el experimento de He Jiankiu, ha surgido una estirpe nueva de seres humanos. Otra clase de sujetos que en un futuro pueden superarnos física y mentalmente. Como ya se dio en el inicio de los tiempos, en la prehistoria, cabe la eventualidad de que dos especies distintas de seres humanos convivan entre sí. Fraternización, incompatible. Del mismo modo que los neandertales se extinguieron como consecuencia de que los homos sapiens estaban más evolucionados, nosotros corremos el riesgo de perecer frente a unos seres más avanzados que nosotros.

 

Todo tiene sus límites. Lo que en apariencia puede ser beneficioso se transforma en negativo cuando se traspasan las líneas rojas. Con la hazaña medica conseguida por He Jiankiu, se abre la caja de Pandora. Un nuevo mundo desconocido, terrorífico y peligroso aparece para la ciencia. ¿Cuál es el fin de la medicina, curar a las personas, o mejorarlas? No seré yo el que responda a esta cuestión, eso que lo hagan los médicos. Solo diré una cosa, siempre que el hombre ha querido jugar a ser Dios ha salido mal parado.

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