Oración contra memos y zoquetes. Bertrand ya lo dijo...

"Uno de los dramas de nuestro tiempo está en que aquellos que sienten que tienen la razón son estúpidos y que la gente con imaginación y que comprende la realidad es la que más duda y más insegura se siente".

Lo dijo Bertrand Russel, y lo entrecomillo porque no quiero que me pase como a plagiadores conocidos.

Que gran frase. Los imbéciles  tienen la certeza de la verdad y la ausencia de la duda.

"La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de la capacidad de uno mismo. La infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás". 

Cuanto más tonto se es, cuando hay mas ignorancia en una misma persona, menos consciente es el adoquín estulto de sus propias carencias.

"La ignorancia frecuentemente proporciona más confianza que el conocimiento" sobre todo al alcornoque.

Esto genera, que haya mendrugos que acaban opinando sobre cualquier tema, sobre todos los temas y además, se crean que saben mucho mas que el resto de humanos. La cantidad de tertulianos de los medios de comunicación que sin vergüenza alguna pasan y opinan de todo con certeza de papa. Solo superados por la clase política al uso en España.

Cuanto mas preparado se está, cuanto más se sabe de un tema, de un oficio, de una técnica, más dudas tendrá el experto, más variables tendrá en cuenta, más sensibilidad para el resto de humanos. El capaz, dudará de su verdad, la analizará, la confirmará y sus aseveraciones no serán nunca totalitarias. Todo es revisable, todo cambia.

Pero, ¿qué pasa cuando al adoquín se le suma el dogmatismo, la ideología y la política? Y ¿Qué pasa cuando por azar, el zopenco llega a gobernar?, ¿qué sucede cuando el tarugo además de tonto es ambicioso y sin ética?

Es el cuento de siempre, el que se repite sin cesar. El inepto se rodea de fango, de mierda, nada ni nadie puede brillar más que el y si esto sucede, su eliminación está asegurada.

El listo se rodea de eficacia y de eficiencia, de gente mejor preparada que el mismo porque lo importante es la consecución de los objetivos.

Y así, podemos constatar miles de historias contemporáneas; ineptos que acceden a cargos de dirección solo por pertenecer a determinados grupos de poder sin tener conocimientos ni formación en las áreas que coordinan que a la vez eligen a sus ayudantes de peor calaña si cabe que la de ellos  subrogándose todos de aires de eficacia y honestidad.

Presidentes que piensan son merecedores del mismo respeto que reyes y cuando les llaman la atención porque han metido la gamba y detrás de esta el miembro y el camarón, siempre acaban diciendo que fue de buena fe, se equivocaron, fue un error, de lo cual nunca son culpables y nada más les preocupa porque sobre todo se sienten impunes o realmente, lo son de hecho al consideran que todos nosotros somos idiotas.

¡¡Dios, si existes, líbranos de los torpes, necios, ignorantes, de los imbéciles y mendrugos, de los memos, zotes, lelos y simplones que por la suerte de sus vidas y nuestro infortunio, han llegado a gobernarnos!!... Amen

* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...