Día Domingo, 07 de Diciembre de 2025
AUDIENCIA DE ALICANTE
Guardia Civil niega que hiciera la vista gorda con alijo de droga
Un sargento que ejerce de jefe del puesto de la Guardia Civil en Callosa d'en Sarrià ha negado hoy durante un juicio que hiciera la vista gorda con un alijo de marihuana incautado por la Policía Local y ha atribuido esa acusación al "odio" de un subordinado.
"Llevo 24 años en la Guardia Civil y jamás he dejado de tramitar un atestado ni una infracción administrativa", ha asegurado el sargento de la Guardia Civil en Callosa d'en Sarrià ante el tribunal que le juzga en la Audiencia de Alicante.
La fiscalía solicita inicialmente para él una pena de un año de inhabilitación por omisión del deber de perseguir delitos, según han confirmado fuentes de esta institución.
Sin embargo, el juicio no finalizará hasta dentro de unos días por la ausencia de un testigo, en concreto el agente que denunció ante sus superiores los hechos.
El ministerio público sostiene que el sargento no dio curso en 2011 a un atestado por un supuesto delito contra la salud pública que había presentado en el cuartel de la Benemérita la Policía Local de Callosa d'en Sarrià.
Durante la vista celebrada hoy en la Sección Segunda de la Audiencia de Alicante se han escuchado testimonios contradictorios y versiones cruzadas de varios guardias civiles y policías locales.
Así, los dos agentes que estaban de servicio en la puerta del puesto de la Guardia Civil han negado que la Policía Local presentase esa tarde del 13 de octubre de 2011 el referido atestado junto con la droga intervenida.
En cambio, uno de los policías locales que decomisó la droga ha asegurado que sí les entregó las diligencias durante esa fecha, como consta por escrito, y se llevó una copia sellada de las mismas.
La mayoría de guardias civiles del cuartel, que sigue bajo las órdenes del acusado, ha negado haber visto el atestado por la oficina de denuncias, donde debería haber sido inscrito en el sistema informático denominado SIGO, ni en el despacho del mando implicado.
En cambio, uno de ellos, que cambió hace cinco años de destino, ha mantenido que el sargento lo tuvo sobre la mesa de su despacho, algo que él mismo pudo comprobar, "durante dos o tres semanas".
"Tengo la certeza. Era ese atestado. Tenía unas fotos de la marihuana, ponía Policía Local y estaba sellado por el cuartel", ha precisado este guardia civil, quien reconoció el documento después, al mostrárselo los compañeros de la Policía Judicial que le citaron como testigo.
En cualquier caso, el sargento ha rechazado en todo momento que tuviera si quiera constancia de la existencia de esa actuación policial o que conociera al propietario de la droga intervenida.
Ha atribuido la acusación que pesa ahora sobre él al "odio evidente" que le tenía un subordinado, quien le denunció también por "acoso laboral, malversación de caudales públicos, cohecho y otros temas".
"Llegó incluso a acusarme de consumir estupefacientes y me tuve que someter voluntariamente a una prueba pagada de mi bolsillo", ha precisado el sargento.
Según su versión, los motivos de esa enemistad pueden estribar en su negativa a influir en la Policía Local de La Nucía por un accidente de tráfico en la que "él tuvo la culpa" y en un conflicto derivado de la venta de un ciclomotor.
"También lo tuve que sacar de la oficina de atención al ciudadano porque consideraba que no cumplía los requisitos para estar delante del público", ha añadido el acusado.

















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