Del Sábado, 04 de Octubre de 2025 al Jueves, 30 de Octubre de 2025
Nacionalismo circunstancial

Portos, pequeño municipio castellano leonés fronterizo con Galicia. Harto de que las autoridades autonómicas hagan oídos sordos a la rehabilitación de su carretera de acceso, el ayuntamiento decide plantear una consulta popular en la que se pregunta a los lugareños si desean independizarse de Castilla y León y anexionarse a Galicia. ¿Adivinan que opción gana? El sí, pero esta vez con todas las de la ley, una persona, un voto, no como en Cataluña, donde votaba hasta el hijo de el apuntador.
El Atlet, pedanía ilicitana dejada de la mano de dios que solicita su soberanía como consecuencia de ser un mero bulto para Elche que escurre haciendo oídos sordos a las peticiones de los altetanos. L´Altet independéncia, gritan los habitantes de este pequeño territorio alicantino.
América latina. Bajo el reinado de Carlos V, las colonias sudamericanas se sienten desamparadas, perdidas, olvidadas, el monarca, y con él la nación española, no dota a los colonos con el sustento que les habían prometido años atrás. Simón Bolívar, y otros Generales, levantan el hacha de guerra ante la pasividad del Reino de España frente a los problemas de sus territorios.
Cataluña. Ante la negativa de Mariano Rajoy en el año 2012 de que la autonomía catalana tuviera competencias en materia fiscal equiparándose así con el País Vasco, Artur Mas decide encender la maquinaria del procés que Jordi Pujol engrasó en 1980. España nos roba, decían. No era un asunto del corazón, de los sentimientos, sino un mero interés económico. La pela es la pela.
El secesionismo catalán, no es nuevo en estos intentos rupturistas. Hay unos que ya lo intentaron o lo consiguieron mucho antes que el señor Puigdemont y su flequillo y que Quim Torra y su racismo crónico. A lo largo de la historia, los nacionalismos, no han surgido por caracteres sentimentales, sino por objetivos dinerarios. Al igual que el PNV se convierte en el principal aval del gobierno de turno cuando le interesa y en su verdugo cuando le viene mejor, los secesionistas catalanes quieren romper con España no por una pasión que procede de su interior, sino de su bolsillo. Si en América latina las revoluciones surgieron como consecuencia de que el gobierno central no satisfacía las necesidades económicas de los colonos, en Cataluña nace no solo por el asunto de la independencia fiscal, sino por la corrupción. Las estelada, los lazos amarillos, y els segadors no son nada más que simples cortinas de humo creadas por parte de la burguesía catalana para ocultar sus pufos y sus robos. Causa soberanista, que ha conseguido lo nunca visto, que un presunto corrupto como Jordi Pujol sea aplaudido en un auditorio como si fuera el mesías resucitado.
Él molt honorable, que mientras disfruta de una vida pagada por todos los catalanes, ve como unos descerebrados por TV3 y por otras técnicas vacía cráneos ovacionan al mismo hombre que parece que ha metido la mano en sus bolsillos. Ya no es un asunto económico, al menos para los incautos que se han creado todas las patrañas inventadas por el secesionismo. Como ovejas sin redil, los ilusos que se tragaron el Espanya ens roba y el cuento de que España es un Estado autoritario, avanzan hacia ninguna parte sin meta ni destino. Zombis liderados por un caudillo sin bastón de mando y con un carisma fruto de las circunstancias, asienten ante lo que esa cabeza repleta de pelo, pero hueca en su interior, les sugiere desde su mansión de Waterloo.
Un Carles Puigdemont, que no se cansa de hacer historia, ni de hacer el ridículo. Al mismo tiempo que Oriol Junqueras pide coser Cataluña desde la cárcel, este permanece sentado en su butaca mientras su marioneta Quim Torra pide batallar contra el Estado español bajo el control telemático de Puigdemont.













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